El olvido, el olvido, el...

El olvido, el olvido, el…

El olvido, el olvido, el…

Hugo López Morrobel

La Procuraduría General de la República no ha dicho, y todo indica que no va a decir, ni esta boca es mía, con relación a la denuncia del ministerio de Deportes, sobre el reparto entre particulares del complejo La Barranquita de Santiago, a pesar de que ese expediente fue sometido hace más de seis meses.

Parecería que esa entidad no se ha dado por enterado de ello, debido a que ha guardado un silencio sepulcral. Jamás se ha referido al caso.

No se concibe, bajo ninguna circunstancia, que no se haya hecho nada al respecto, por mucho trabajo que tenga esa dependencia, ya que si bien es cierto que ese caso podría tener menos importancia que el de los Tucano, no es menos cierto que en La Barranquita particulares se han apropiado con terrenos del Estado que cuestan muchos millones.

Históricamente, desde la caída de la tiranía, las propiedades estatales han sido saqueadas inmisericordemente.

Todo indica que el expediente de La Barranquita morirá de vejez, como muchos tantos otros que llegan a la Justicia dominicana, huérfana desde hace tiempo de acciones valientes que detengan de una vez por todas a los estafadores, farsantes y delincuentes.

El dominicano, sostienen muchos teóricos, es sumamente desmemoriado, y todo indica que en este caso, como en otros, se juega al olvido.

Es una lástima que esos teóricos tengan razón, porque los pueblos que olvidan viven permanentemente siendo víctima de todo tipo de tropelías de delincuentes y asaltantes enquistados en las esferas de poder.

El procurador Jean Alain Rodríguez debe ponerse las pilas para que este expediente no caiga en el olvido.

Aunque en Santiago también se estén haciendo los “chivos locos”, incluso sus principales autoridades, la sociedad dominicana se lo agradecerá.

Qué lástima que el síndico Abel Martínez, al igual que el movimiento deportivo de allí, también se hayan puesto un ‘zipper’ en la boca, pero a mí no me vencerá el olvido.



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