Dominicanos con muy poca vida social en Nápoles

Dominicanos con muy poca vida social en Nápoles

Dominicanos con muy poca vida social en Nápoles

El trato entre dominicanos y napolitanos es muy positiva. Foto: fuente externa.

ITALIA.-Respecto a los principales hallazgos sobre los inmigrantes dominicanos y dominicanas en Nápoles, Italia, se puede establecer que la inmigración dominicana en este lugar alcanza ya varias décadas.

Aun cuando la inmigrante a la que le aplicamos un cuestionario con más tiempo en Nápoles, dijo tener 34 años en esta provincia de Italia, se pudo verificar directamente la existencia de una persona propietaria de un pequeño bar-café, con 40 años de estancia en esta ciudad.

No obstante, se debe señalar, que las mayores oleadas de inmigrantes dominicanos se produjeron a partir de los años noventa del siglo pasado.

La inmigración dominicana en Nápoles presenta en la actualidad una proporción que nos coloca en la agridulce posición de ser el país de América con la mayor cantidad de migrantes a esa provincia sureña.

Esta inmigración ha jugado un papel parecido a la inmigración dominicana en otras partes del mundo, esto es, ha servido como vía de mitigación o válvula de escape, de una economía que como la dominicana, no ha sido capaz de satisfacer todas las demandas o necesidades de la población local.

Se puede decir que esta inmigración o autodestierro individual “voluntario”, es una de las respuestas de una economía que no parece tener soluciones esenciales al problema que causa el fenómeno inmigratorio.
Migrar a Nápoles ha dado la posibilidad de evidenciar la alta disposición de trabajo de mujeres y hombres dominicanos, desafiando muchos de ellos, condiciones adversas de mucho frío o calor.

Mejoran condiciones
Para la casi totalidad de los dominicanos, emigrar a Nápoles ha significado la elevación de la calidad de sus condiciones de vida. Para muchos inmigrantes dominicanos la experiencia ha sido dura. Muchos de ellos trabajan para sobrevivir y enviar algo a sus familiares.

Cierto es, sin embargo, la existencia de un reducido número de inmigrantes dominicanos que con su emprendedurísmo y tenacidad han logrado ascender y alcanzar posiciones de determinada holgura.
Los inmigrantes dominicanos a Nápoles no son los que viven las situaciones más difíciles. Los inmigrantes africanos ligados a la recolección en plantaciones agrícolas, experimentan condiciones de vida y de trabajo mucho más esforzados y precarios.

El hecho de que la mayoría de los encuestados se encuentran dentro de un segmento de edad comprendido entre los 28 y 42 años de edad, nos habla del predominio dentro de los inmigrantes dominicanos en Nápoles, de personas jóvenes, y por lo tanto de personas con las características vitales para desplegarse en términos laborales en buenas condiciones.

Un solo preso
De manera preponderante la vida y el trabajo honrados son el norte del inmigrante dominicano en esta provincia del sur europeo; una referencia base para esta afirmación es que el 80.5 % trabaja fuera del hogar, y que en toda la región de la que forma parte Nápoles, hasta el 30 de abril del año en curso, apenas hay un dominicano preso, según estadísticas ofrecidas por el Ministerio de Justicia de Italia.

La inmigración dominicana en Nápoles, su comportamiento, su abierta entrega al trabajo honrado, sirve para el desmantelamiento de la equivocada tesis o presunción según la cual, hay una vinculación entre inmigrantes y criminalidad, y que presenta a los inmigrantes como generadores de crímenes e inseguridad.

La percepción de muchos inmigrantes dominicanos sobre el trato de los napolitanos es positiva.
Buenos y no tan buenos
Uno de los entrevistados en esta investigación, que por su labor de trabajo se vincula activamente a ellos, afirma que hay muchos napolitanos buenos, y como “en todas partes” los hay que no son tan buenos, pero “la mayoría son buenas personas”.

A pesar de esta percepción y de que la casi totalidad de los encuestados habla el italiano, llama la atención que una gran parte de éstos reconocen no estar vinculados a actividades sociales, culturales, deportivas, políticas o religiosas.
Esto obedece, principalmente, al escaso tiempo que el trabajo les permite disponer.

Dominicanidad
El sentimiento de identidad nacional es considerable en los inmigrantes dominicanos en Nápoles. De ello da cuenta que cuando para esta investigación se abordaba a un nacional nos decía sin ambages: “Sí, yo soy dominicano”. Igual se puede decir de la disposición, expresión de abierta dominicanidad, de colocar la bandera nacional al frente o al interior de sus negocios.

Esto fue observado en barberías, colmados y bares-cafeterías de dominicanos. Junto al abierto sentido de identidad nacional de los inmigrantes dominicanos en Nápoles, se puede también hacer referencia a su sentimiento de “ubicuidad”, pues al tiempo de encontrarse físicamente distante del país, tienen en su sentir y pensamiento la sensación de estar en el “aquí, pero allá”.

Incidencia cultural
Otro importante aspecto es, el que permite ver el fenómeno de la inmigración dominicana en Nápoles, más allá de la perspectiva del trabajo duro y del envío de remesas; es decir, que se pueda hablar en el caso de esta inmigración de una “incidencia” cultural dominicana y de una “receptividad” napolitana.

El trato entre dominicanos y napolitanos es muy positiva. Foto: fuente externa.

Además del conocimiento del merengue y la bachata por muchos napolitanos, se puede ver como factor de incidencia la colocación frecuente en la radio de Nápoles, de interpretaciones de dembow del Alfa, Chimbala, Natti Natasha, Kiko el Crazy, Lírico en la Casa; bachatas de Romeo Santos, y la realización de conciertos musicales por parte del Alfa, Rochy RD, La Insuperable y Chimbala.

También se puede señalar la realización de un concierto del pianista dominicano, maestro Michael Camilo, hace unos años.

Respecto a la gastronomía se puede hacer mención a la existencia, próximo a la “Plaza Garibaldi”, de un supermercado multiétnico donde se expenden productos criollos tales como mango, yuca, plátano, batata, aguacate y otros.

Al frente del negocio hay un amplio letrero con las banderas de distintos países, dentro de las que está la dominicana y la inscripción “Santo Domingo”, ofreciendo frutas exóticas.

En cuanto a las perspectivas de la inmigración dominicana en Nápoles, se puede decir que éstas son de crecimiento, en virtud de que muchas personas de República Dominicana siguen viendo la emigración como una salida a su drama actual, y en virtud de la apertura de Italia a la migración documentada y a la reunificación familiar; esto, sin dejar de considerar las altas o bajas que se puedan dar en relación a esta política, dependiendo de las orientaciones ideológicas de los gobiernos que se puedan suceder en ese país.

En síntesis, y de manera conclusiva, se puede hablar de una diáspora criolla en Nápoles, que como la mayoría de las inmigraciones dominicanas por casi todo el mundo, puede ser considerada, en general, como pujante, honesta, solidaria y trabajadora. Esto es una razón de orgullo para toda la nacionalidad dominicana.

Escasa vida social

— Por falta de tiempo
La mayoría de los inmigrantes dominicanos en Nápoles, sin llegar a ser “zombis” sociales, tienen roles y relaciones muy limitados en el orden social debido, principalmente a la falta de tiempo.



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