Viuda de vigilante: “Dios hizo justicia, Percival mató a un inocente”

Viuda de vigilante: “Dios hizo justicia, Percival mató a un inocente”

Viuda de vigilante: “Dios hizo justicia, Percival mató a un inocente”

Santo Domingo.-“Me alegré porque tenía impotencia por dentro de mí; el papá (de John Percival Matos) dijo que sí le pasaba algo a su hijo iba a ser ojo por ojo. Y como Dios es el que sabe, le tocó su tiempo a él”.

Así reaccionó ayer Teresa Minaya, viuda del vigilante Héctor Bienvenido García, muerto en el asalto de Bella Vista Mall, encabezado por John Percival Matos tras enterarse de que a este lo mató la Policía, luego de protagonizar otro hecho similar en una sucursal del Banco Popular en Plaza Lama.

La humilde mujer de 63 años estaba ayer temprano en la mañana sentada delante de su cama, repasando las fotos de momentos felices con su extinto esposon, con quien convivió por 28 años.

“Esa muerte no podía quedar impune, a un hombre de trabajo”.

Remembró que él decía: “A mí no me pueden quitar ese dinero, porque después me acusan de cómplice, hay que matarme” y así mismo sucedió) porque yo no quedo mal en ninguna parte”.

Ella está convencida de que a los acompañantes de Percival hay que agarrarlos y hacer justicia.

“Aquí no se pueden hacer muchas cosas, porque Dios dicta justicia, él lo ve todo y el que no confía, cree lo contrario, pero él es justo, le llegó su tiempo porque Percival mató a un inocente, defendiendo su trabajo, y no tuvieron piedad; sé que sí lo enfrenta no se hubiese dejado subyugar, era un hombre limpio, de su trabajo”, comentó con tristeza la mujer.

Limitaciones

En su vivienda de la calle 8 número 35 de Buenos Aires, Herrera, Minaya narró las limitaciones en que vivían con un sueldo de apenas 12 mil pesos, que lo obligaba a trabajar horas extras para suplir parte de sus necesidades.

Contó que Bienvenido se levantaba a las 4:00 de la mañana a preparar la comida de ambos, su hermana y dos nietos de esta, ya que ella sufrió dos trombosis y no tiene movilidad en una parte de su cuerpo.

Afirmó que él trabajó a favor del Gobierno peledeísta y apenas consiguió una ayuda de 2 mil pesos, que hoy la destina para medicamentos junto a un alquiler de 5 mil pesos que recibe.

Depende de pequeñas ayudas de dos hijas, que su esposo le crió, ya que no procrearon, sí hizo vida con los dos primeros, de cuatro que él tuvo.

Asegura que luego que lo mataron apenas recibió una colecta que le hicieron compañeros de trabajo, de diez mil pesos, porque la ex mujer de su viudo tenía una acta de matrimonio vieja y reclamó lo poco que le tocaba sin ella saberlo.

Justo en este mes de diciembre, cuando Bienvenido cumplía 56 años, pretendía dejar el trabajo, donde llevaba cuatro años, para poner un pequeño colmado.

Sostuvo que su marido era maestro contructor, pero al no encontrar trabajo se dedicó a ser vigilante. “Yo le decía, Héctor deja eso, y me decía, no puedo estar atento a nadie”, agregó.

Comunitarios reaccionan satisfechos

Vecinos consultados, en su mayoría sintieron que ocurrió un acto de justicia.

“Me siento satisfecho, porque quitarle la vida a un ser humano no se concibe, ya pagó con eso”, respondió Ángel Manuel Batista, uno de los vecinos. Al igual que este Keila, una de las hijas de Teresa, dijo sentirse bien.

“El que a hierro mata, a hierro muere, su papá había salido en la noticia diciendo que su hijo no era culpable”, dijo. Al igual que estos, Irene Polanco dijo que así como sintieron un gran pesar el día en que mataron a Bienvenido, ayer experimentaron sentimientos de felicidad.

Otra de las comunitarias, en cambio, expresó el rechazo a la muerte de Percival por entender que había que investigarlo, y la venganza hay que dejársela a Dios.