Un importante embajador extranjero acreditado en el país nos comentó recientemente que ha llegado a la conclusión de que “República Dominicana es una buena madre de la que sus hijos se la pasan hablando mal”.

Confesaba ese diplomático que cuando fue asignado a esta sede no se hizo con la mejor de las imágenes del país, debido a lo que dominicanos le decían del mismo. Agregaba que ya estando aquí comprobó que eran dominicanos los responsables de la mala imagen que pueda tener la República Dominicana en el extranjero, lo cual calificaba como algo inexplicable.

Se extrañaba ese diplomático de cómo grupos hacían esfuerzos por presentar como malo lo que en realidad era bueno o magnificar defectos como si fueran los más grandes del mundo.

Señalaba el embajador que República Dominicana no es ni remotamente tan mala como dominicanos la pintan, aunque como cualquier nación tiene muchas cosas que mejorar.

Son dominicanos los que hasta mienten para presentar al país como lo peor o por desacreditar nuestros procesos o debilitar nuestras instituciones.

Son dominicanos los que en el extranjeros dicen que somos una nación de racistas, genocidas civiles, nazis, el más corrupto del mundo, homofóbicos, el más violento y cosas por el estilo.

De todo eso tenemos algo, pero no somos un pueblo tan malo como lo pintan dominicanos.
Realmente, República Dominicana es una madre de la que sus hijos hablan muy mal.