Minnesota.- Drew Smyly lanzó una bola a 91 millas prácticamente al medio del plato y Miguel Sanó no perdió su oportunidad, desatando su swing con un poder brutal.

La pelota se elevó… y se elevó… hasta que le pegó a un pasadizo que cuelga bien arriba del jardín centro-izquierdo del Tropicana Field en Tampa. ¿Por qué un parque de las Grandes Ligas cuenta con un pasadizo?. Aquel hubiese sido un jonrón monstruoso.

En vez de eso, Sanó se tuvo que conformar con un doble. La peculiar jugada en cuestión le terminó costando una carrera y hasta quizás una victoria a los Mellizos de Minnesota, ya que Sanó terminó en segunda base.

¿Qué tan lejos hubiese llegado esa pelota? Sanó dijo que hubiese sido más lejos que su jonrón de 447 pies en Toronto.

El Departamento de Estadísticas e Información de ESPN estima que la pelota hubiese viajado 425 pies si no impactaba contra el pasadizo. Yo no tengo manera de saberlo, pero voy a decir que hubiese sido más que eso.

Grata revelación

Los Mellizos son una de las gratas revelaciones de 2015, y Sanó es un factor vital para mantenerlos a tiro. Sanó estaba posicionado para llegar en 2014 tras 35 vuelacercas en las menores en 2013, pero se lesionó el codo en el entrenamiento primaveral y se sometió a una cirugía Tommy John que lo marginó en 2014. Aquel año perdido le llegó a los 21 años, edad crucial para el desarrollo.

¿Qué tanto lo afectaría eso al joven pelotero? Él arrancó esta temporada en Doble-A, pegó 15 jnrones en 66 juegos y fue llamado a GL el 2 de julio.

Todo lo que él ha hecho en contar con promedios de bateo de .289,.394 y .584. Es más, Sanó se destaca en estadísticas avanzadas como XII en PBA, VII en promedio de pases libres, IX en poder aislado, décimo con 12 jonrones y octavo en impulsadas, pero da miedo que está lejos de ser completo.

Se ha ponchado 71 veces, más que cualquier otro desde que llegó a GL, y su promedio de .289 es gracias a los .424 que batea cuando hace contacto.