¿Quién miente?

¿Quién miente?

¿Quién miente?

En esta época de la posverdad, que es una manera muy estética de denominar a la mentira, ya las cosas no suelen ser como son, sino como se quiere creer que sean.

No basta con proclamar la verdad verdadera, sino la que parezca verdad o la que conviene que sea, aunque no sea.
La posverdad también ha llevado a creer lo que usted quiera o le convenga y así… felices los cuatro.

Al producirse el apresamiento de los imputados por el caso Odebrecht, el público se centra en las condiciones en que están esos presos.

El Patronato Nacional Penitenciario emitió un comunicado criticando lo que se ha dicho son privilegios para los presos por Odebrecht.

El arzobispo de Santo Domingo, un hombre de Dios, proclamó al día siguiente que el Patronato Nacional Penitenciario fue impedido por la Procuraduría General de la República de asistir a la cárcel de Najayo para hacer las verificaciones de lugar.

El director de Prisiones, un general de brigada, dijo que el Patronato nunca pidió ir y que por tanto no se le podía negar lo que no pidieron.

Además, aprovechó para sacarse una espina, al afirmar que ese Patronato se quedó en las buenas intenciones.

El arzobispo y el general no pueden estar diciendo la verdad los dos. Uno de ellos está mintiendo.



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