Santo Domingo.- El Centro de Terapia Física y Rehabilitación (REHAB), que dirige el doctor  Ventura García Chaljub, auspició la visita de un grupo de médicos internacionales del TheSurgery Center at Doral, quienes realizaron entrevistas a pacientes interesados.

Durante la visita, mucho se aprendió del uso de la ciencia para corrección de lesiones en el codo, rodilla, hombro, mano y otras partes del cuerpo.

A propósito de la misma, presentamos las informaciones ofrecidas por el doctor Alejandro Badia, cirujano de mano y miembro superior, M.D. presidente de ISSPORTH, Sociedad Internacional del Deporte y Traumatología de la Mano.

Los más afectados

Las lesiones del hombro y las muñecas son muy frecuentes en personas que practican ciertos deportes como el tenis o el golf, pero también en quienes realizan algunas labores forzadas en las cuales se incurre en movimientos incorrectos en estas zonas del cuerpo.

Alejandro Badia, cirujano de mano y extremidad superior, dice que este tipo de lesiones ocurre en la práctica de estos deportes, pero también le suceden a la población en general.

En los deportistas ocurre más temprano porque ponen más exigencia en el hombro y el codo.

En el hombro es común que se presente un padecimiento conocido como bursitis, que consiste en un problema de inflamación del manguito rotador, que es el conjunto de músculos y tendones que proporcionan estabilidad al hombro, lo cual produce mucho dolor y dificultad al dormir, practicar deporte o  trabajar.

Este último se produce con frecuencia, siendo que el golf es predominantemente un juego con participantes mayores de edad, y  a menudo muestran las patologías más comunes vistas en la población adulta.

Irónicamente, muchos de estos problemas son detectados mucho antes debido al mecanismo natural necesario en la parte del miembro superior durante el swing de golf.

El llamado codo del golfista o epicondilitis medial aumenta su incidencia cuanto mayor sea la edad del jugador.  Esta lesión suele ser causada por agarrar el palo de golf con demasiada fuerza.  Un agarre más suave origina menor tensión sobre el antebrazo.