Laura Lebrón, una “Venus” atrevida

Laura Lebrón, una “Venus” atrevida

Laura Lebrón,  una  “Venus” atrevida

Santo Domingo.-Mario Lebrón dirigió durante dos fines de semana en la sala Ravelo del Teatro Nacional la obra “La Venus de las pieles”, una adaptación del texto de David Ives basándose en el escrito de Leopold von Sacher-Masoch.

Esta obra, que se presentó con éxito en Nueva York, en Broadway, y de la que hizo una versión cinematográfica Roman Polanski, tuvo como protagonistas a los jóvenes actores Laura Lebrón (hija del director) y Josué Guerrero quienes con gran facilidad llevaron el papel de Thomas y Vanda Jordan, dos figuras que se ven envueltas en el amor, el sadomasoquismo y hasta en la lucha por una atracción mutua que los envuelve mientras van desarrollando esta historia.

Lebrón, una actriz conocida por interpretar papeles en algunos musicales criollos, se convierte en un torbellino de energía desenfrenada y descarada, para llevar el éxtasis esta historia, una comedia de humor negro que la llevaron a sacar sus garras y mostrarse como una actriz que puede cautivar a un público que la aplaudió de pies llevándola al llanto al finalizar su actuación del pasado sábado.

En esta puesta en escena la ficción y la realidad se funden, nos dan teatro dentro del teatro, pero la majestuosidad con que se muestra al publico hace que una hora sea poco para apreciar la capacidad histriónica de estos dos talentos dominicanos que se alzaron con el éxito al llenar todos los días que fue presentada la obra.

Es la historia de una actriz teatral y un director que se ven irremediablemente atraídos mientras preparan una obra teatro.
La trama arranca en un teatro parisino después de un duro día de audiciones para un papel.

Thomas se lamenta por el poco empeño e interés que han mostrado los candidatos que se han presentado.

Laura impresiona con su actuación y supo llevar muy bien el duelo de poderes que se vive en esta historia en donde se entrelazan sumisión, dominación, sadomasoquismo, machismo, feminismo y sensualidad.

Se disfruta ese juego psicológico en el que nada es lo que parece, y en donde de repente los papeles se invierten y todo termina con un desenlace inesperado.



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