La TC/168-13 y la seguridad jurídica

La TC/168-13 y la seguridad jurídica

La TC/168-13 y la seguridad jurídica

Nassef Perdomo Cordero, abogado.

El debate sobre la sentencia TC/0168/13 del Tribunal Constitucional se ha desarrollado por las vías naturales del tema que toca. Es decir, cuál es el método correcto de asignar la nacionalidad a los hijos de indocumentados nacidos antes del 26 de enero de 2010. Por muchas razones que no tenemos espacio para exponer aquí, esto ha sido extremadamente polarizante y, por épocas, ha llegado a monopolizar el debate público.

Ahora bien, hay una consecuencia a la que apenas se le ha prestado atención y que se cierne como una amenaza silente sobre todo el ordenamiento jurídico dominicano: la degradación de la seguridad jurídica.

Al margen de las consideraciones históricas y sociales quepueda merecer, la sentencia TC/0168/13 tiene dos fallos graves en su fundamento.

En primer lugar, tratándose de una sentencia que decide el alcance de los derechos fundamentales, en las cien páginas que componen su cuerpo no menciona ni una sola vez el artículo 74 constitucional.

Este es el artículo que explica cómo y en qué forma deben interpretarse las normas de derechos fundamentales.

En segundo lugar, el Tribunal Constitucional hizo en 2013 una interpretación de las normas de asignación de la nacionalidad y la hizo valer con efectos retroactivos hasta 1929. Es decir, anuló por medio de una sentencia situaciones jurídicas que tenían décadas consolidadas.

Que esto pasara desapercibido solo fue posible por la naturaleza de su contenido. Sin embargo, preocupa pensar en los efectos que una lógica similar tendría en otros aspectos de la vida social. Imagínese el lector que se hace algo similarafectando el derecho a la propiedad, o permitiendo la aplicación de impuestos retroactivos.

Esta sentencia sienta un precedente preocupante que va más allá del tema de la nacionalidad.

Y lo hace en un contexto en el cual las decisiones del Tribunal son inapelables. Por estas razones la TC/0168/13 debe ser vista con desconfianza por todos sin excepción.

Aunque en principio no afecta a la mayoría de los dominicanos, sí abre las puertas para que en el futuro se afecte la seguridad de todos en otros temas. Como bien dice el refrán “cuando las barbas del vecino veas arder, pon las tuyas en remojo”.



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