Es Pertinente Cambiar el Modelo Económico Dominicano?

Es Pertinente Cambiar el Modelo Económico Dominicano?

Es Pertinente Cambiar el Modelo Económico Dominicano?

Desde un tiempo acá, intelectuales, académicos nacionales y extranjeros, políticos, funcionarios públicos de alta y media jerarquía, economistas, sindicalistas, miembros de la sociedad civil, periodistas, y otros que son hacedores de opinión pública, han estado discutiendo sobre la pertinencia de cambiar el modelo económico dominicano.

En primer lugar, quisiera decir que el concepto de “modelo” fue ampliamente introducido en el vocabulario científico por la escuela lógico-empírica del pensamiento de autores como, Popper, Nagel, Braithwaite, entre otros. Para estos teóricos los “modelos” son un conjunto axiomático que no pueden ser refutados por la falsificación de sus consecuencias. En definitiva son una construcción puramente teórica.

En economía y en las ciencias sociales el concepto de “modelo” no es más que un conjunto de relaciones que expresan en forma simplificada e idealizadas las características básicas de un orden establecido (lógica interna): un orden institucional y legal; una tecnología incorporada a la actividad económica objeto de análisis y; una regularidad observada en el comportamiento real de los sujetos de la actividad económica.

Pienso que en el análisis y discusión de la virtudes y defectos de un modelo económico en general, deben considerarse dos elementos importantes: en primer lugar, comparar sus resultados finales a partir de sus condiciones iniciales, considerando su lógica interna y; en segundo lugar, establecer un comparación de sus resultados con otras realidades de su entorno que han tenido condiciones iniciales similares.

En el caso del modelo económico dominicano si algo lo ha caracterizado, desde la muerte de Trujillo hasta la fecha, ha sido su gran capacidad de crecimiento. Sin embargo, la anatomía de dicho crecimiento ha sido concentradora y excluyente, dejando a una franja grande de dominicanos en condiciones de pobreza e indigencia.

Independientemente de los gobiernos que hemos tenido, desde la muerte de Trujillo, el crecimiento con pobreza y desigualdad han sido una constante en los modelos de desarrollo dominicano. El modelo de “sustitución de importaciones” y el de “servicios” que han caracterizado la economía dominicana en los últimos 50 años no han contribuido de manera considerable a la reducción de la pobreza y la desigualdad en el país.

Obviamente, no se puede negar que la sociedad dominicana se ha modernizado, ha habido cierta movilidad social, se ha transformado en una sociedad netamente urbana, ha habido un proceso de democratización importante. Sin embargo, los indicadores de pobreza y desigualdad no han sido lo más deseados, a pesar de que la economía dominicana ha crecido a una tasa promedio del 5.3% después de la muerte de Trujillo.

Por otra parte, si comparamos los resultados e indicadores de la economía dominicana en las últimas 5 décadas con países que en el año 1960 tenían condiciones iniciales similares y, en algunos casos más pobres que el nuestro como es el caso de Corea del Sur, es indudable que el modelo económico actual habrá que modificarlo o cambiarlo o transformarlo, o lo que se quiera hacer con él, ya que es de carácter semántico el uso de esas expresiones.

La verdad que cuando visite a  Corea del Sur, me hice la pregunta, Cómo lo han hecho?  Y la respuesta fue muy simple, citamos: “establecimos una estrategia de desarrollo basada en cuatros pilares: construcción de instituciones sólidas, educación de nuestra fuerza laboral, creación de un sistema efectivo de innovación y, una infraestructura moderna y adecuada que facilitará la comunicación… esa fue la clave de una estrategia exitosa que condujo a un crecimiento sostenido, incluyente e igualitario.”

Parece que con la discusión del modelo económico dominicano tenemos muchas cosas que aprender de aquellos países que han llegado muy rápido al desarrollo. Es muy simple, no es tan complicado, solo hay que aprender de aquellos que lo han hecho bien, y más nada.

*Director del Instituto de Investigaciones Socioeconómicas (INISE).

Facultad de Ciencias Económicas y Sociales de la UASD



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