Dramático primero de mayo

Cada primero de mayo se celebra el Día Internacional de los Trabajadores y las Trabajadoras. Fue establecido en 1889, en homenaje a miles de trabajadores que en la ciudad de Chicago iniciaron una huelga el 1 de mayo de 1886 por lograr la jornada laboral de 8 horas.

Muchos fueron reprimidos, asesinados y torturados, y 8 dirigentes fueron condenados a muerte. Así pasó también con luchadores insignes de República Dominicana, asesinados por Trujillo después de la Huelga del Azúcar en 1946. Su líder, Mauricio Báez, fue secuestrado en Cuba y aun está desaparecido.

En el país existen más de 4 millones de trabajadores y trabajadoras. Y no hay motivos para estar contentos, porque es cierto que el trabajo dignifica al ser humano, pero la mayoría de los dominicanos no trabaja en condiciones dignas y justas, ni para ellos ni para sus familias. Veamos algunos datos:

1. De todos los trabajadores formales, en 2016, la mitad de ellos ganaba un salario mensual igual o menor a 12,669 pesos. Quiere decir que no llegaban ni al costo de la llamada canasta familiar, que se calcula para los hogares de más bajos ingresos (igual a 13,758 pesos).

En la actualidad el salario real promedio nacional es inferior al que se devengaba en 1999, casi 20 años atrás.

2. Pero esto no es porque se produzca menos, sino todo lo contrario: los trabajadores producen un 71 % más riqueza que en 1996; tan sólo el año pasado se produjeron más de 3,000,000,000,000 de pesos.

Pero también ha aumentado la concentración de esa riqueza: si antes los trabajadores recibían en salarios el 50 % de lo producido, hoy sólo consiguen el 30 %.

3. Mas de 600 mil dominicanos quisieran trabajar y no consiguen donde. Cuando se dice que se crean más de 100 mil puestos de trabajo por año, hay que contar los jóvenes que alcanzan la edad de trabajar, y entonces los empleos nuevos netos en realidad son la mitad, 52 mil nada más.

Por eso el desempleo no baja como debiera. Y del total de trabajadores, más de la mitad está en la informalidad, sin estabilidad ni protección alguna. En 2017, el 67 % de los puestos creados fue en la informalidad.

4. Es intolerable que en la sociedad dominicana existan 22 categorías salariales, incluyendo varias subcategorías y los aumentos, en realidad, son una broma de mal gusto.

¿Cómo se justifica que un trabajador del azúcar tenga un salario mínimo de 4,003 pesos, una trabajadora de las grandes empresas de zona franca de exportación solo 10,000 pesos, y un trabajador de las grandes empresas hoteleras apenas 6,686 pesos? ¿Acaso no tienen para pagar más?

Añadamos la violación flagrante y sistemática del derecho a la sindicalización, y por tanto de la negociación colectiva y otros derechos elementales de las sociedades modernas, convertidos en “pedazo de papel”, en la más absoluta indiferencia e impunidad. Agreguemos la desigualdad ocupacional y salarial entre hombres y mujeres.

Sumemos el asalto masivo que representan las AFP y las ARS que lograron hacer de la “seguridad social” un negocio voraz.

Sin dignidad y justicia laboral no habrá equidad ni derechos, y por tanto la democracia será siempre una palabra hueca.

El primero de mayo de 2018 debe ser un motivo para decidirse a transformar esta dramática realidad.