No entiendo a varios de mis mejores amigos. Me dice “leonelista” como si fuera un insulto pero cuando confieso mi entusiasmo por el Presidente Medina entonces soy traidor.

La política criolla ha degenerado hasta convertirse en un absurdo torneo de descalificaciones. Quizás nada ilustre mejor esto que el caso del ex presidente Fernández.

Le dicen ambicioso pero desde 1961 es el único presidente dominicano que ha traspasado el mando a un sucesor de su mismo partido. Le imputan embriagarse con el oropel del poder, pero vive en un apartamento modesto, su única pasión consumista son los libros y en vez de fabricarse villas o fincas ha creado una magnífica fundación que es un reputado centro de pensamiento.

Ahora un narco convicto dizque le acusa de horrores pero resulta que su arresto, extradición y condena fueron mientras gobernaba Leonel.

Le quieren poner a pelear con Danilo, pero en vez de eso sonríen y se abrazan. ¡Cuánto gadejo infructuoso!