Leí con repugnancia cómo un haitiano que vive aquí, al exigir respeto para Dessalines, “el más venerado de los héroes haitianos”, comete la indelicadeza de compararlo con Duarte.

Según éste, “por las características y el alcance de la revolución haitiana, es de mayor proyección internacional la figura de Dessalines, considerado como uno de los jefes militares más exitosos del siglo XVIII por su victoria sobre el ejército napoleónico y sus aportes a la humanidad”.

¿Cuáles aportes?

En cuanto a notoriedad tiene razón; sigue asombrando cómo los haitianos destruyeron tan eficazmente a la más rica colonia francesa, creando una fallida autarquía racista.

Pero por favor, Monsieur Paraisson, ¡no compare a Duarte, auténtico héroe, con Dessalines! Sería como decir que Cristo es similar a Caifás o que Albert Schweitzer era parecido a Hitler.

Duarte predicó amor; Dessalines odio. Duarte hizo poesía; Dessalines genocidios. La obra de Duarte es un sueño; la de Dessalines ¡una pesadilla! Si quiere respeto, ¡respete!