“Día por día”

“Día por día”

“Día por día”

Me encantan las naranjas. Diría que estoy casi adicto a su jugo. Desde hace medio siglo trato de comenzar cada día con un vaso de jugo recién exprimido. Si en casa me dicen que “no aparecen”, recuerdo la anécdota de un amigo ya fallecido que al oír parecida excusa hizo vaciar en su marquesina una camionada de chinas dulces…

La cuestión es que hace unos años me alegré muchísimo cuando en los supermercados comenzaron a vender excelentes naranjas valencianas a buen precio.

Actualmente hay de varias marcas, al mismo precio de casi cien pesos cada “mallita” de alrededor de una docena. Pero me siento estafado.

Hace semanas que cada paquete siempre trae cuatro o cinco naranjas dañadas, como si en vez de cosecharlas las recogieran del piso, pasadas de maduras. ¿Qué hacer? Aparte de esta queja, quizás dejar de dejarse engañar y dejarles sus naranjas podridas sin comprarlas…



José Báez Guerrero

Abogado, periodista y escritor dominicano.

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