Cuando el ego no cede

Cuando el ego no cede

Cuando el ego no cede

Hugo López Morrobel

El ego descontrolado en el ser humano, en especial de los atletas de primer nivel, les obstruye todos los sentidos, al punto de que los incapacita para no reconocer cuando están llegando o arribando a sus límites, porque sus condiciones físicas y mentales están menguando.

Identificar eso fue, definitivamente, uno de los puntos más luminosos en la exitosa carrera de David Ortiz, quien a pesar de tener en sus manos un contrato por unos 20 millones de dólares (920 millones de pesos dominicanos), por otros seis meses, reconoció que ya no podía dar más.

Sin embargo, hay atletas que prefieren dejar su prestigio, y hasta el pellejo, antes de tomar la sabia decisión de irse a casa.

En todos los deportes se han dado y se seguirán dando casos de deportistas que no han sabido tomarla sabia decisión de retirarse, aunque admiten a regañadientes que ya no tienen las mínimas condiciones de sus años de gloria.

Willie Mays y nuestro Juan Marichal, por solo citar dos casos muy conocidos, optaron por el retiro cuando ya no daban más en el terreno, cuando ya estaban pasando “vergüenza”, porque cualquier peloterito ya podía superarlos.

En el boxeo la situación es quizá más alarmante, siendo los casos de George Foreman y Bernard Hopkins los más sobresalientes.

Hopkins, todavía a los 52 años, 29 sobre los cuadriláteros, dando y recibiendo golpes de todos los calibres, se mantiene activo, a pesar de que ya no es ni sombra de aquel recio púgil que se llenó de gloria ante rivales de primer nivel en varias categorías.

Hace años que está anunciando el retiro y nunca cumple su palabra. Ojalá que se dé cuenta que ya es un tremendo “cadáver” como boxeador.

RADARES.- Se puede o no estar de acuerdo con la selección de los inmortales, pero les aseguro que en el país no hay una entidad como esta, en la que todos sus integrantes son serios y probos, hasta más no poder.



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