El Gobierno, en nombre del Estado y el país, asume compromisos que conllevan diseñar una agenda y cumplir cabalmente con los compromisos asumidos, tanto dentro del territorio nacional como en el extranjero, a través de las embajadas, consulados e instituciones que rubrican compromisos con la República Dominicana.

Hay tres casos, para no extendernos a otros tan palpitantes como los que tratamos, que desbordan y ponen en crisis la agenda del país. El primero es la amenaza de los panaderos de aumentar de manera unilateral el precio del pan.

El segundo es la inseguridad ciudadana, sobre todo en tres eslabones que preocupan seriamente y enrarecen el clima de convivencia social: los asesinatos de la delincuencia común, el crimen organizado bajo la modalidad del sicariato y el tráfico de todo tipo a través de las playas o la frontera con Haití.

El tercero y último caso tiene que ver con el incumplimiento del programa de becas extranjeras que otorga el Gobierno dominicano a través del Ministerio de Educación Superior, Ciencia y Tecnología.

En síntesis, son muchas las voces, tanto desde el extranjero, sobre todo desde Europa, que se levantan a diario para sensibilizar a las autoridades educativas para que cumplan con el pago de las colegiaturas de los alumnos matriculados en importantes universidades.

En síntesis, la agenda del país está en crisis con tres puntos fundamentales: la alimentación, la seguridad ciudadana y el desarrollo intelectual.

Y los tres son aspectos que tocan nervios muy sensibles de la sociedad, ya que tienen un vínculo muy directo con el desarrollo del país.

De manera que, más temprano que tarde, habrá que darles prioridad a estos temas, que amenazan con agudizar más la ya crítica agenda del país.