SANTO DOMINGO.-El Centro de Innovación Atabey (CI-ATABEY) lanzó formalmente el programa “Yo Me Bañé en el Ozama”, con el objetivo de crear conciencia en la población y las empresas que desarrollan sus actividades en la rivera de este importante afluente de que hay que dejar de agredir este recurso natural y más bien luchar por su rescate.

Así lo anunciaron el presidente del CI-ATABEY, Domingo Contreras, y los principales directivos de esa institución y algunos dirigentes comunitarios, durante un recorrido en bote por el citado afluente, durante el cual fueron mostradas las zonas que hasta el momento han sido saneadas en la rivera del Río Ozama.

Esta iniciativa tiene el principal objetivo, según expuso Contreras, de que el río Ozama rescate su belleza natural por completo.

 Además del CI-ATABEY, forman parte de la iniciativa la Fundación Fucosaguscigua, del sector La Ciénaga. Ésta última, en coordinación con el CI-ATABEY, ha ejecutado medidas para recoger la basura que bordea las orillas del río.

 Asimismo, durante el recorrido Contreras aprovechó para formular un llamado para que otras entidades del Estado se sumen a los esfuerzos por rescatar  los ríos Ozama e Isabela.

Dijo que  la mayor carga de contaminación que llega a  los ríos Ozama e Isabela la producen  empresas privadas que vierten sus desperdicios y químicos sin ningún control, mientras persisten los grandes vertederos de basura en las márgenes de las dos principales fuentes de agua  del Gran Santo Domingo.

En ese tenor, Contreras adelantó que las empresas que vierten desechos químicos serán obligadas a dotarse de plantas de tratamiento especiales, porque ya no se puede dar más larga a la contaminación del mayor tesoro  con que cuenta la ciudad.

Los dirigentes comunitarios que acompañaron a Contreras en el recorrido en bote, Andrés Mora Vallejo y Gilberto Santos explicaron que los esfuerzos que realizan para rescatar el Río Ozama, no sirven de nada si las autoridades edilicias de Santo Domingo este no ejecutan planes de higienización y empresas y familias siguen utilizando  esa fuente acuífera como un vertedero.

La Isla de la Esperanza y el Cachón de la Rubia son algunos de los lugares que han sido rescatados, y ahora los visitan numerosas personas que disfrutan de su belleza y además toman un rico baño.