Los acontecimientos de carácter políticos, caracterizados por confrontaciones a todos los niveles, que desde hace un tiempo se están registrando en Venezuela, definitivamente, podrían dar al traste con la realización de la próxima Serie del Caribe, programada para efectuarse del dos al ocho de febrero en Barquisimeto.
Venezuela, es hoy un país dividido, donde en cualquier momento podría estallar una guerra civil de grandes proporciones.
Ojalá que no suceda, sin embargo, los acontecimientos registrados en las últimas 72 horas, son sumamente delicados.
Informes señalan que en las protestas antigubernamentales de los últimos días, que cubrieron todo el país, fallecieron dieciséis manifestantes.
Si se toma en cuenta que esa situación tiende a empeorar a medida que pasan los días, hay que tener mucho cuidado, ser muy cautos y medir las consecuencias.
Esa es la razón para que peloteros y fanáticos analicen fríamente los inconvenientes que pueden encontrar en Venezuela, ante un estado de convulsión política.
La Confederación de Béisbol del Caribe debe sentarse a analizar la situación existente en Venezuela, que sin riesgo a equivocarse seguirá en deterioro, porque los intereses políticos de los bandos en conflictos no van a desaparecer, y la mesa del diálogo es un proceso que ambas partes hace tiempo abandonaron.
Nadie cree en el otro y así no se puede.