¿En quién diablos se puede creer en estos tiempos?
¿Qué es lo que está pasando en el mundo, que todos quieren hacerse de dinero rápido y fácil?
No hay una sociedad donde no se hayan cometido o se estén cometiendo actos de corrupción y robos vulgares.
Hace unos meses nadie podía imaginar que una personalidad de la estatura del brasileiro Joao Havelange, quien por años presidió la FIFA, podría estar involucrado en actos de corrupción de tal magnitud que la propia institución se ha visto precisada a denunciarlo.
Lo mejor del caso es que el actual presidente también podría estar involucrado, dado que ha sido alto ejecutivo por años en esa entidad.
Si se hace un repaso de las instituciones que han sido involucradas en actos groseros de corrupción, es para quedarse pasmado, porque, ¿quien iba a pensar que delitos de esa naturaleza se producirían hasta en el banco de la iglesia Católica?
Si el mundo no se está acabando, está cerca, dado que lo que ocurre en la actualidad es desgarrador.
Pero ese es el tipo de sociedad que se viene fomentando, y la que definitivamente se impondrá del todo en muy poco tiempo.