Reforma dialogada

Reforma dialogada

Reforma dialogada

El Gobierno se encamina a presentar detalles de su propuesta de reforma, que al parecer tendrá en el Congreso Nacional el escenario de discusión y consensos.

Se hace necesario mantener abiertas las posibilidades de escuchar y discutir los planteamientos sectoriales, aunque las instancias políticas tengan la responsabilidad final de tomar decisiones a partir de una mirada global.

República Dominicana tiene la ventaja de que se apresta a esta reforma fiscal, o como se le llama “proyecto de modernización tributaria”, sin que haya estallado una crisis de su modelo económico.
Pero las señales son insistentes de que hay que tomarlas lo antes posible pensando en prevenir las crisis.

Las experiencias en la mayoría de los países donde se han adoptado medidas como las que se esperan ahora en República Dominicana ha sido muy similar: un periodo de incertidumbre seguido de años de estabilidad y crecimiento.

Hay un consenso en la necesidad de la reforma fiscal y hasta en su conceptualización filosófica, pero el Gobierno que no espere aplausos, porque al final nadie quiere que su sector sea sacado de la zona de confort.

A pesar de esto, el Gobierno y el Congreso tienen que tener mentalidad abierta para escuchar y hasta acoger planteamientos razonables que quizás no se hayan visto con claridad en la fase de estructuración del proyecto que se socializará esta semana con la población.

Las discusiones que se susciten deben partir de la premisa de que los sectores de buena voluntad andan en búsqueda del bien común y que ninguna autoridad toma medidas como estas a menos que sean necesarias.



El Día

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