Fui criado en una casa esquinera con un gran patio con guayabas (una criolla para dulces y otra injerta para comer), aguacates, tamarindos, toronjas, crotos y gallegos (Aralia Ming), rosas, flor de mantequilla, cayenas, begonias y enormes pinos criollos, un cují, un shashá (Albizia lebbeck) y al frente un bello almácigo. Las sombreadas calles eran […]