No me estoy refiriendo a los campeonatos de futbol europeo. Me estoy refiriendo a los programas de ajustes socio-económicos más recientes que se están llevando a cabo en Europa. Debido a que estos programas de ajuste se imponen por desequilibrios marcados en las ejecuciones fiscales de cada uno de los países, podemos considerar que los gendarmes de la economía mundial tienen en carpeta exigirnos a los dominicanos ajustes similares.
Pero resulta ser que en el caso de España, además del desajuste fiscal, hay una enorme crisis bancaria, que afortunadamente en nuestro país pasó hace casi una década, y que pudimos superar exitosamente. Por lo tanto creemos equivocados los que propugnan por soluciones a la española, y pensamos que nuestro caso ha de ser más pragmático, parecido al italiano.
El documento de conclusión de la consulta del FMI con Italia, publicado el pasado 16 de mayo, arroja muchas luces puesto que revela que las recomendaciones principales radican en la reducción de la burocracia y el aparato público, mediante la eliminación de oficinas y agencias que duplican esfuerzos, o se sobreponen en responsabilidades y ejecuciones.
Al mismo tiempo se acuerda una reducción del gigantismo de las divisiones territoriales (muy a la moda en nuestro país en las últimas décadas), y en la creación de nuevos puestos y cargos, que solo han servido para dar empleos a partidarios políticos.
De igual manera, Italia se embarca en la persecución de la evasión fiscal, mediante la utilización de técnicas realmente creativas y avanzadas, que resulta una línea de acción políticamente más productiva que la creación de impuestos nuevos.
Finalmente, se compromete introducir reformas laborarles profundas, capaces de acercar el mercado laboral italiano a los estándares de la OECD, facilitando más empleos, de mayor permanencia, y competitividad.
En fin, un amplio programa que persigue estabilidad y crecimiento, muy acorde con las prioridades que debemos tener como meta en nuestro país.
