Encuestas poselectorales

Encuestas poselectorales

Encuestas poselectorales

Las encuestas electorales se clasifican en tres categorías, que son: 1) preelectorales; 2) boca de urna; y 3) poselectorales.

De estas, las poselectorales, que es el tema de esta entrega, son de gran importancia para las organizaciones políticas, para los investigadores en el ámbito de las ciencias sociales, para las organizaciones de la sociedad civil que dan seguimiento a los temas políticos-electorales y para la institución que organiza las elecciones.

¿En qué consiste una encuesta poselectoral?
Las encuestas poselectorales son las que se realizan después de las elecciones, vale decir cuando se concluye el conteo de los votos.

Para mayor efectividad y valor estadístico de los resultados, se recomienda que el levantamiento de los datos se haga en los primeros quince días después de las elecciones, preferiblemente una semana después.

No se recomienda que el levantamiento se aleje más de dos semanas de las elecciones, ya que los factores de recordación sobre los aspectos de los que se tenga interés en medir pierden vigencia y, lo peor, los votantes los olvidan.

Utilidad de las encuestas poselectorales
En cualquier nivel de elección, ya sea presidencial, municipal o congresual, siempre será de utilidad la obtención de informaciones sobre los aspectos relevantes que movieron a los electores a votar en una determinada dirección o a no votar a alguien en particular.

Estas informaciones son de interés para las organizaciones políticas que compitieron en las elecciones, ya que aportan las bases para las siguientes acciones: 1) las evaluaciones de los resultados electorales obtenidos; 2) las evaluaciones de los planes de marketing políticos implementados; 3) las evaluaciones de las alianzas electorales acordadas; 4) las evaluaciones acerca de los candidatos que compitieron; 5) la evaluación del propio proceso electoral; y 6) conocer las expectativas que tiene la población electoral acerca del ganador o ganadores de las elecciones en los diferentes niveles de elección.

En adición, las encuestas poselectorales también sirven para medir las razones que alegan las personas que, a pesar de estar habilitadas para votar y en condiciones físicas y de salud para acudir a los colegios electorales a sufragar, se abstuvieron de hacerlo.

Estas informaciones son de gran utilidad para los estrategas de las organizaciones políticas.
Cabe señalar, la estimación de la abstención es uno de los aspectos más complicados que miden las encuestas preelectorales que, casi siempre, reportan una baja proporción de abstencionistas.

Sin embargo, cuando se cuentan los votos, la proporción de abstencionistas es muy superior a la estimada. Sobre este aspecto, en el muestreo estadístico se parte del supuesto de que, si hay variación en la abstención estimada, dicha variación afectará por igual a todos los candidatos en competencia, aunque siempre quedará la duda si la abstención favoreció o perjudicó a alguien; la encuesta poselectoral despejará cualquier incertidumbre al respecto.

¿Cómo debe ser el diseño estadístico de una encuesta poselectoral?

Dionicio Hernández Leonardo

Las encuestas poselectorales se diseñan de la misma manera que las encuestas preelectorales. La única diferencia es el momento electoral en que se realiza el trabajo de campo, que en este caso es una a dos semanas después de las elecciones.

Cabe señalar que, aunque en las encuestas poselectorales se incluya la pregunta de por quién votó en las pasadas elecciones, la estimación que se obtenga no tiene la finalidad de validar la consistencia de los resultados electorales oficiales que comunique la institución que organizó las elecciones, ya que esa función corresponde a las encuestas a boca de urna.

Sobre este aspecto, siempre es oportuno recordar que, en cualquier encuesta por muestreo, hay que acogerse a las buenas prácticas en cada una de las etapas del proceso estadístico.

¿Qué se debe preguntar en las encuestas poselectorales?
En las encuestas poselectorales, por lo general se pregunta acerca de los siguientes aspectos: 1) la motivación que tuvo la persona para acudir a votar o para no acudir a votar; 2) por quién votó en las elecciones; 3) por qué votó por ese candidato o candidata; 4) por qué no votó a un determinado candidato o candidata; 5) cuál es la expectativa que tiene acerca del candidato o candidata que ganó las elecciones; 6) la opinión que tiene acerca del proceso electoral; 7) la opinión acerca de la transparencia de las elecciones; 8) la opinión acerca de la institución que organizó las elecciones; 9) cuáles fueron los partidos y candidatos con las mejores estrategias publicitarias; y 10) cuáles fueron los partidos y candidatos con las peores estrategias publicitarias.

En adición a estas preguntas, están las sociodemográficas, que nunca deben faltar para los fines de cruces de variables, como son: sexo, edad, nivel educativo, situación ocupacional, etc.

En definitiva, las encuestas poselectorales constituyen una sabia decisión en materia de marketing político, y el instrumento por excelencia para evaluar las elecciones y todo el proceso electoral en sentido general.

*Por Dionicio Hernández Leonardo



El Día

Periódico independiente.