A la gente de la calle, que por ser dominicana opinó como un experto en cualquier tema, se le podría pasar que se enrede en asuntos elementales de técnica jurídica, pero no a “juristas connotados” o a provenientes de la “academia”.

Poner como si fuera un asunto “relevante para la investigación” la jurisdicción que tiene a su cargo, la investigación del asesinato del abogado y profesor de la UASD Yuniol Ramírez es desconocer asuntos elementales del Código Procesal Penal.

El anterior ordenamiento jurídico limitaba territorialmente las actuaciones de los fiscales, pero desde que se puso en vigencia, el actual Código el Ministerio Público es único e indivisible.

Quiere decir que cualquier fiscal puede investigar en cualquier jurisdicción, con la simple cortesía de informárselo al incumbente del lugar.
La división existe como forma de facilitar el trabajo y dividirse los casos.

La jurisdicción solo tiene relevancia para la designación de los tribunales que conocerán el caso, por lo que si se entiende que debe ser cambiado eso es materia del tribunal donde se conozca el juicio previo, figura que también surge con el actual Código Procesal.

Pareciera que para alguno ese detalle fuera fundamental para la salud del proceso, cuando en realidad se trata de un elemento insignificante frente a la magnitud del caso que nos ocupa.