Para los seguidores de los Yanquis de Nueva York, la adquisición del toletero Giancarlo Stanton es un seguro para ir directo a la Serie Mundial la próxima temporada, dado que sin sus servicios estuvieron al tris de colarse.

Desde ya, como fanáticos al fin, están sumando la producción que registró con los Marlins en la última campaña, con 59 cuadrangulares y 132 impulsadas, un análisis huérfano de toda lógica.

No hay duda que el trío Gary Sánchez, Aaron Judge y Stanton dará mucha agua que beber, será temible, pero eso no asegura absolutamente nada, como para dar a los Yanquis como seguros ganadores, ni siquiera de su división.

En esa negociación pasó a los Marlins el dominicano Starlin Castro, quien tuvo muy buena actuación en 2017, al batear .300 con 16 jonrones y 63 remolcadas, lo que le valió ser escogido para el Juego de Estrellas.

Mientras el hacha va y viene, los seguidores de los “Mulos” seguirán con la idea de que el año que viene, con Stanton, será un “cátchup” llegar y ganar la Serie Mundial, pero como dice alguien: “chupe usted y déjeme el cabo”.

Han sido muchas las grandes estrellas que se cree van a marcar la diferencia cuando arriban a un equipo, pero la realidad a veces les da de frente.

No es para que los yankistas se amilanen, es solo una advertencia de que todo lo que brilla no es oro, y que en pelota el juego no se acaba hasta que no termina.

RADARES.- Los tres días sin béisbol es una muestra de la improvisación que todavía existe en un evento que viene dando muestras de madurez.

No se concibe que si no se iba el Juego de Estrellas se paralizara el torneo, en especial cuando está en un punto de ebullición por lo cerrado en el “standing”…

Floyd Mayweather dejó en claro que el pleito con Conor McGregor fue un espectáculo con un guión montado en Hollywood.

Dice Floyd que dejó que McGregor se luciera y quedara bien con sus milones de fanáticos, pero que pudo noquearlo en cualquier round.