Independientemente de cualquier tecnicismo jurídico que se busque para justificarlo, el incumplimiento, por parte del Ministerio Público, de lo pactado con la interna Sobeida para intercambiar información por excarcelación, le hace un daño terrible al sistema judicial dominicano.

Me curo en salud: no estoy defendiendo a la compañera sentimental del capo Figueroa Agosto, preso en Puerto Rico por tráfico de drogas, ni la defenderé bajo ninguna circunstancia.

Pero si el Ministerio Público le prometió atenuarle la pena (dentro de lo estipulado por la ley) y pasarla de la dura cárcel a un atenuado arresto domiciliario a cambio de que ella diera determinada información, como en efecto lo hizo, lo menos que deben hacer los representantes de la Justicia es cumplir su parte del pacto.

El incumplimiento de la promesa hecha por el fiscal de turno a la mencionada imputada solamente puede traer como consecuencia que nadie crea en ese tipo de acuerdos y mucho menos en los fiscales. Y por lo tanto, la Justicia perderá credibilidad y ganará, talvez merecidamente, el mote de charlatana.

La palabra empeñada debe ser honrada. Por lo menos, eso es lo que se nos ha enseñado desde niños.