Tratamientos mínimamente invasivos en cardiología pediátrica

Tratamientos mínimamente invasivos en cardiología pediátrica

Tratamientos mínimamente invasivos en cardiología pediátrica

El uso del cateterismo intervencionista cobra cada día más importancia, de la mano del notable progreso de la bioingeniería médica que diseña y construye nuevos y modernos dispositivos para lograr que un mayor número de condiciones obtengan mejores resultados inmediatos, mediatos y a largo plazo.

Adabeyda Báez Chalas, cardióloga pediátrica de los Centros de Diagnóstico y Medicina Avanzada y de Conferencias Médicas y Telemedicina (Cedimat), explica que, por lo tanto, cada vez más, se usan procedimientos menos invasivos cuando es posible, incluidos los cateterismos cardíacos intervencionistas para reparar anomalías congénitas, esto implica que el médico está realizando un procedimiento o intervención para tratar una anomalía cardiaca determinada guiado con fluoroscopia (rayos X) en la sala de hemodinamia y a través de pequeños cables o catéteres sin necesariamente intervenir quirúrgicamente.

Báez señala que el cateterismo cardiaco es un procedimiento mínimamente invasivo, ya que utiliza catéteres introducidos a través de un vaso sanguíneo debajo de la piel hasta llegar al corazón para realizar el tratamiento usando además dispositivos como balones, oclusores de defectos, stents, válvulas protésicas, entre otros. Con estos se pueden cerrar u ocluir vasos sanguíneos anormales o adicionales, abrir o cerrar orificios en el corazón, ensanchar arteria o venas estrechas y mejorar o reparar otras afecciones cardíacas.

“Muchas de las enfermedades que necesitaban cirugía a corazón abierto en el pasado, hoy se pueden tratar con cateterismos intervencionistas de forma exitosa. Estos pueden incluso salvar la vida de niños en estado crítico como en los casos en los que se realiza atrioseptostomía con balón o valvuloplastia de estenosis críticas en recién nacidos”, comenta la experta.

Agrega, que es posible retrasar o evitar la cirugía como en el caso de bebés con cardiopatías congénitas cianógenas donde se necesite colocar stent en el conducto arterioso o en el tracto de salida del ventrículo derecho para mantenerlo vivo y en mejores condiciones hasta que el paciente pueda ir a cirugía correctiva de su defecto cardíaco.

Cierre de defectos
Báez apunta que asimismo se pueden mejorar o reparar muchas otras anomalías cardíacas congénitas, como es el caso del cierre de defectos en las paredes del corazón (comunicación interatrial e interventricular); ampliación con colocación de stent en una de las arterias pulmonares o de la aorta; cierre del conducto arterioso, entre otras.

Reemplazo de válvula
La cardióloga pediatra dice que en las últimas décadas, dentro de los procedimientos mínimamente invasivos por cateterismo intervencionista que han cambiado el rumbo terapéutico de muchos pacientes, se encuentra el reemplazo de válvula pulmonar, en casos que ya han sido sometidos a un reparo quirúrgico previo y requieren ser intervenidos nuevamente.

También están las personas que tienen un corazón que funciona básicamente con un solo ventrículo y que ameritan varias cirugías durante su vida. Ambos grupos tienen ahora la opción de sustituir una reintervención quirúrgica por un procedimiento vía endovascular con el cateterismo que ayudará a reducir la cantidad de cirugías a corazón abierto en el transcurso de la evolución natural de estos pacientes.

El procedimiento transcatéter puede usarse para introducir una nueva válvula pulmonar en una colocada previamente y que ya no funciona de manera correcta, esto se llama “procedimiento de válvula sobre válvula”, técnica que ya fue realizada en Cedimat de forma exitosa por primera vez en nuestro país, en dos pacientes que lo necesitaban.

Ambas fueron egresadas 24 horas después de su intervención y siguen en excelentes condiciones.
“Esto marca una gran diferencia ya que en caso de haber recibido reemplazo por vía quirúrgica o a corazón abierto, se hubiesen requerido varios días de internamiento en la unidad de cuidados intensivos, luego en área de recuperación o habitaciones, hasta el día del egreso, lo que conllevaría a mayor incomodidad al paciente, así como a mayores costos”, refiere la cardióloga.

Procedimiento híbrido
La especialista sostiene que otra técnica de gran relevancia empleada en los últimos tiempos es el de completar el procedimiento correctivo de Fontan por vía percutánea o endovascular.

Esta cirugía ha experimentado múltiples modificaciones en las últimas décadas tratando de mejorar el resultado de los pacientes, pero aún se asocia a varias complicaciones a largo plazo.

Con el desarrollo de este procedimiento híbrido, donde los cardiólogos intervencionistas y los cirujanos cardiovasculares se han unido para crear esta estrategia, se trata de disminuir el número de operaciones que necesitan estos pacientes con corazón, de fisiología univentricular, es decir, con un solo ventrículo en vez de dos.

Esta opción incluye una preparación quirúrgica al momento de realizar la conexión de la vena cava superior con la arteria pulmonar y dejar el conducto preparado para que pueda ser completado meses después el Fontan vía endovascular y evitar otra cirugía más.

Generalmente en los casos donde se ha realizado han tenido menos días de hospitalización y de uso de medicamentos endovenosos lo que resulta beneficioso para el paciente.

Colaboración para mejorar los resultados
Es de notar que en todos los casos, la colaboración entre cirujanos y cardiólogos intervencionistas sirve para disminuir la morbilidad acumulativa y la mortalidad, así como para mejorar los resultados del tratamiento actual de las cardiopatías congénitas.



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