Santo Domingo.-La conexión entre el sueño y la enfermedad de Parkinson ha sido objeto de estudio y publicación durante años.
La doctora Marcia Castillo, neuróloga clínica especializada en párkinson, destaca esta relación, la cual podría revelar importantes señales de alerta hasta dos décadas antes de que los síntomas motores característicos de la enfermedad se manifiesten.
“La investigación nos muestra una relación bidireccional entre el sueño y el párkinson. Las personas que experimentan privación crónica de sueño tienen un mayor riesgo de desarrollar párkinson debido a la acumulación de proteínas anormales durante la fase de movimientos oculares rápidos (MOR), lo que acelera la neurodegeneración”, explica la doctora Castillo.
Por otro lado, los pacientes diagnosticados con párkinson a menudo experimentan una variedad de trastornos del sueño, desde insomnio hasta parasomnias como el somniloquio y la apnea del sueño.
Esta interrelación entre el sueño y la enfermedad no solo ofrece un campo fértil para la investigación, sino que también plantea nuevas posibilidades para el diagnóstico temprano y las intervenciones preventivas.
Castillo resalta la historia de la enfermedad de Parkinson, desde la descripción inicial de James Parkinson hasta los avances neurocientíficos contemporáneos y el papel crucial de la dopamina, así como los hitos en el tratamiento sintomático a lo largo de las décadas. Sin embargo, a pesar de estos avances, la enfermedad sigue siendo un desafío médico importante.
“La investigación científica enfrenta dos grandes desafíos», señala Castillo, “la búsqueda de un tratamiento curativo y el desarrollo de métodos accesibles para el diagnóstico temprano”.
Biomarcadores
En este sentido, Castillo destaca la importancia de los biomarcadores como herramientas potenciales para la detección temprana de la enfermedad.
Si bien existen biomarcadores como la hiposmia crónica (disminución del olfato) y la constipación crónica, aún no son lo suficientemente específicos para una detección precisa. Es en este punto donde el descubrimiento más reciente cobra relevancia, Castillo comparte los hallazgos del doctor Póstuma, quien encontró que más del 80 % de los pacientes con parasomnias primarias desarrollaron enfermedad de Parkinson después de un seguimiento de 20 años.
“Esto sugiere que las parasomnias podrían ser el biomarcador más sensible y específico hasta la fecha», enfatiza la Castillo.