Si no eres venezolana… ¡te llevó quien te trajo!

Si no eres venezolana… ¡te llevó quien te trajo!

Si no eres venezolana… ¡te llevó quien te trajo!

Isauris Almánzar

El otro día vi que publicaron la historia de una venezolana qué pasó de vender cachapas a trabajar en los medios de comunicación de este país, me dio alegría y esperanza por la oportunidad brindada, sin embargo, esto me llamó a reflexión.

Es impresionante ver cómo cada día nuestros medios de comunicaciones tradicionales y plataformas digitales se llenan de extranjeros, y esto no está mal porque nos brinda diversidad, pero es más común ver menos dominicanos ofreciendo el servicio de locución.

Me gustaría comprender este extraño fenómeno, porque en todo país que se respeta, es muy raro ver tantos inmigrantes liderando el contenido en los medios, de hecho, le dan prioridad a sus nacionales y hay leyes que los protegen, pero en República Dominicana pareciese suceder todo lo contrario.

Reconocemos el talento y carisma  que tienen los sudamericanos,  eso no se discute, lo impresionante  es cuando colocan extranjeras porque “son lindas” en comparación con las dominicanas, las cuales se han “quemado las pestañas” en las universidades del país, acción que invalida  y atenta  contra nuestra identidad como nación.

Yo hice un comentario a la publicación pidiendo que ojalá se le brinden las mismas oportunidades a nuestras criollas y me atacaron hablando de la preparación,  y no es cierto que en un país donde hay cientos de mujeres profesionales de la comunicación social no haya un grupo con la capacidad, carisma, destrezas y aparente belleza que este oficio demanda, eso es totalmente falso.

Los medios de comunicación son una arma que se puede utilizar para bien o para el  mal de una sociedad, si colocamos tantos inmigrantes  a liderar nuestro contenido, el mensaje que estarán recibiendo nuestras niñas y niños será catastrófico, porque de hecho, se invalida la capacidad profesional de nuestros nacionales y esto atenta contra nuestra cultura en general.

Hay algunos que han venido a este país a sumar y traer cosas buenas, pero he visto otros, como en el caso de la presentadora aquella, llamarles rastreros a los habitantes de una provincia sin que se tomen medidas ejemplares; lo que hace que estos extranjeros se sientan con derecho de pisar la sangre derramada por nuestros patricios y a irrespetar a un país que lo único que ha hecho es ofrecerles una oportunidad, y así abrirles las puertas que el suyo les ha negado.

Es común tratar bien a los visitantes, pero debemos cuidarnos de proteger nuestros valores y principios como nación, porque aunque esto se vea inocente, no es sano darle tanto poder a un extranjero y menos cuando esto afecta  la dignidad humana, porque solo hay que ver el contenido de algunas programaciones  y el mensaje que le están dando a la familia dominicana, que estoy segura que en los países de origen de los comunicadores,  no se lo hubiesen permitido.

Sé que por este artículo dirán que soy una xenófoba, una envidiosa (comentario que nunca falta) y todo lo que quieran, honestamente, no me importa, mientras los extranjeros que me venden fruta, cuidan mi edificio, cuidan mi familia, estudian y trabajan conmigo opinen lo contrario, yo estaré en paz con Dios y con mi pueblo.

Preocupada y con buena fe, hago un llamado a la Comisión de Espectáculos Públicos, Sociedad Duartiana  y las instituciones pertinentes a cuidar que este asunto no se nos salga de las manos, ¡todavía estamos a tiempo!

Sé que parece contraproducente que una persona que lucha por los derechos humanos y el derecho de la mujer haga estas declaraciones, pero antes que todo soy dominicana y el amor patrio  pesa más que cualquier dogma, doctrina o ideología y esta alerta debería llamar nuestra atención.

Termino este artículo esperando que nuestros productores apuesten una vez más por el talento dominicano, lo nuestro, principalmente los que estudian, porque no los están tomando en cuenta, aquí hay muchos jóvenes que sueñan y están tan preparados o más que un extranjero y esta será la forma más hermosa, humilde y sincera de demostrar nuestro compromiso con nuestra Quisqueya.

“Nunca me fue tan necesario como hoy tener salud, corazón y juicio; hoy que hombres sin juicio y sin corazón conspiran contra la salud de la Patria.”

Juan Pablo Duarte

 



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