Fue el último varón, noveno de diez hijos, de mis abuelos Tuto y Mamía. Sietemesino, decía que salió huyendo del vientre materno. Al mayor, mi papá Ventura, le decía Panino, pues lo bautizó. Su viva inteligencia se desaprovechó al dejar sus estudios de ingeniería, tras el trujillato; quizás porque mi abuelo falleció en 1960. Al […]