Salud y murmuración

A través de los tiempos los científicos han estudiado  la conducta y las emociones del  hombre.

El habla es una de las mayores virtudes que tenemos los humanos.

Fue dada por Dios para diferenciarnos de las demás especies.

¿Qué es el habla?     Es la materialización individual de los pensamientos de una persona, sirviéndose del modelo o sistema que facilita la lengua y es parte de nuestro comportamiento.

 Una de las prácticas más común cuando hablamos es la murmuración.

Leamos el texto en Santiago 4:11, donde dice: “Hermanos, no murmuréis los unos de los otros…”.  Santiago nos habla de la murmuración, este verbo se ha traducido como “murmurar”, literalmente significa hablar mal de alguien, normalmente cuando ese alguien no está presente.

Es lo mismo que la difamación. Esta es una práctica muy común entre las personas,  tener conversaciones  baladíes sobre un prójimo.  Cuando murmuramos distorsionamos una de las  partes más hermosa que Dios no ha dado y es de amar a los demás.

Dejamos de tener afecto humano hacia la persona que criticamos.

Nos apesadumbramos dejando un sabor amargo a nuestro espíritu, y esto puede convertirse  en un hábito, llevándonos a cambiar nuestra forma de vida.

 Cuando murmuramos estamos diciendo que somos mejores que  los demás, que podemos conocer lo que hablan y hacen las personas, esto es un error, pues no podemos conocer a los demás si no nos conocemos a nosotros mismos. Esa práctica produce un vacío en nuestro ser y cambiamos a persona envidiosa, celosa, impotente.  Es una mente muy superficial la que murmura.

Dejar de  murmurar es buscar  una salud a nuestra alma. Continuaré la próxima semana. Suerte a todos