Remediemos el agravio
En una información distribuida ayer, el Ejército informó que en seis meses ha entregado a las autoridades de Migración a más de 90 mil haitianos para los fines de lugar, y a 275 dominicanos, entre civiles y militares, por tráfico de personas.
De acuerdo con la información, en el mismo período fueron entregados al Ministerio Público, junto con los conductores detenidos, un mil 210 vehículos de motor que eran utilizados en el tráfico de personas.
Por lo visto, nos hallamos ante una actividad muy lucrativa, que obliga, sin embargo, a una pregunta: ¿quién paga por este tráfico?
Los haitianos, aguijoneados por la miseria, la violencia y la descomposición del Estado en su país, deben de mostrarse dispuesto a grandes sacrificios para irse a donde sea, ¿pero podrán pagar como para que los traficantes arriesguen libertad y vehículos de motor en las rutas por las que se mueven?
Una lista suministrada por el Ejército muestra que las capturas han tenido lugar prácticamente en todas las provincias fronterizas, pero también en otras como Duarte, Sánchez Ramírez, Hermanas Mirabal y María Trinidad Sánchez, que no lo son, pero que tienen plantaciones agrícolas en las que es común la mano de obra extranjera.
Por lo visto, la disuasión del tráfico de personas, si se le quiere hacer efectiva, tendrá que ir un paso más adelante.
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