El Centro Gamma Knife Dominicano en Cedimat tiene más de tres años realizando con mucho éxito cirugía cerebral sin bisturí, a la población dominicana. Sin embargo, muchas personas aun no distinguen las diferencias entre la radiocirugía y radioterapia.
La radiocirugía se nombra así porque fue denominada de esta manera por el inventor del concepto de radiocirugía y radiocirugía estereotáctica en general, el profesor Lars Leksell, del Instituto Karolinska en Stocolmo, Suecia, desde 1951.
La radiocirugía es usada normalmente para tratar patologías en todas las partes del cuerpo, no sólo en el cerebro, por eso es de interés general saber distinguir las diferencias entre la radiocirugía y la radioterapia.
Es muy conocido que la radiación es peligrosa y puede ocasionar lesiones en el cuerpo a corto o largo plazo. Esos efectos indeseables pueden ir desde una inflamación de la piel hasta el edema cerebral, causante de la muerte en cuestión de horas después de la administración de la radiación.
Los efectos tóxicos a largo plazo incluyen la aparición de leucemia y otros tipos de cáncer que pueden tardar décadas en producirse.
Radioterapia en el cáncer
Esto se puede tomar como un buen ejemplo de la diferencia conceptual entre radioterapia y radiocirugía.
Al igual que el tejido normal, un tumor canceroso crece por multiplicación de sus células, pero a un ritmo mucho más rápido que el tejido normal. Los tumores cancerosos infiltran los tejidos normales y en etapas ulteriores pueden propagarse a través del torrente sanguíneo e introducirse en otros órganos y continúar su crecimiento infiltrante.
A esto se le llama metástasis.
En las primeras etapas, un cáncer puede ser eliminado totalmente a través de cirugía convencional.
En muchos otros pacientes cuando se detecta el proceso ya está muy avanzado el crecimiento local y existe una propagación importante a los ganglios linfáticos locales.
En estos casos se necesita complementar el tratamiento quirúrgico con la aplicación de radiación en la zona operada y su vecindad.
En muchos casos, la radioterapia se administra antes de la cirugía para prevenir la propagación mecánica de las células tumorales vivas durante la disección del tejido.
En otros casos, la radioterapia se usa sola para la curación o para frenar el progreso del cáncer. Por consiguiente, en la radioterapia, la radiación se aplica varias veces en dosis menores para maximizar lo que en la terminología médica se denomina “relación de beneficio/riesgo”.
La radioterapia no es el tratamiento ideal ni recomendado para la mayoría de los tumores benignos: cuanto más benigno sea un tumor, más se comportará como un tejido normal y su crecimiento será más lento.
En estos casos, la probabilidad de que la radioterapia pueda ser eficaz es muy mínima. Esto sucede con los tumores de crecimiento lento dentro del cráneo, como los meningiomas y los neurinomas del acústico, en los cuales nunca se debe usar radioterapia sino radiocirugía.
En radiocirugía real, según la definición de su creador Lars Leksell, la dosis de radiación debe ser en la mayoría de los casos, una sola sesión a dosis alta.
Una dosis alta, administrada en una sola sesión, no permite la reparación de las células dañadas entre sesiones como ocurre en el caso de las múltiples tensiones que implica la radioterapia, y por lo tanto llega a ser más tóxica para el tejido expuesto independientemente de la cantidad de radiación administrada.