Una cantaleta de disconformes con la elección de los jueces de la Suprema Corte es descalificar los que han participado en política.

Es una argucia espuria, pues la mayoría de las democracias más desarrolladas que la nuestra tienen jueces no solo políticos, sino además elegidos por votación con apoyo partidista.

Me han dicho que no compare el caso dominicano con el de Estados Unidos, donde su presidente nomina jueces de la Suprema con criterio muy político y partidista, pues allá el Congreso puede cuestionar al Poder Ejecutivo. Aquí también si quisiera, existiera causa o si la oposición tuviera mayoría.

Si politiquear fuera una descalificación para ser juez, ¡más entonces para presidente! Los atributos de un buen juez, como honestidad, competencia jurídica, independencia y criterio, puede tenerlos un político como también carecer de ellos uno que no lo sea.

La calidad de la Justicia depende mucho no sólo de los jueces sino del ambiente jurídico y judicial; muchos criticones difícilmente sean mejores que los jueces criticados. Bienvenidos los nuevos, ¡están bajo lupa!