El tono de la discusión política es abrumador. Es desproporcionado al real efecto del dime y direte de los políticos. Hay demasiadas afirmaciones mentirosas voceadas contundentemente, pero pocas preguntas razonables…

Porque, ¿sería más conducente a una improbable dictadura una modificación constitucional legítima y legal, que una cuarta presidencia de un ex que luego querrá una quinta? ¿Puede alguien en su sano juicio realmente comparar a Danilo con Trujillo sin ver las reales similitudes entre Leonel y Lilís? ¿Qué tan terrible sería que Abinader, con más experiencia que Leonel en 1996, sea electo en 2020? ¿Sufriría el país o solo los peledeístas y sus nepotes?

¿Qué tan grande es el interés de tantos políticos por llegar al poder, que olvidan explicarles a los votantes para qué, qué harán y cómo? ¿Será verdad que el PRM prefiere que el PLD lleve de candidato a Leonel, pues cree más difícil ganarle a Danilo? ¿Por qué a diferencia de años preelectorales anteriores las predicciones económicas siguen halagüeñas? Tantas preguntas y los políticos hablando tantas pendejadas…