
La pequeña capilla perteneció al marqués de Iranda, como parte de la extensa propiedad rural, que comprendía el ingenio de Boca de Nigua.
Es una capilla dedicada a san Gregorio Magno, doctor de la iglesia, situada en lo que hoy es Nigua, en la provincia de San Cristóbal. Fue erigida pocos años después de estar funcionando el ingenio azucarero.
Fue levantada cerca de la residencia campestre del marqués de Iranda, ya que este y su familia tenían necesidad de un establecimiento en el cual se brindaran servicios religiosos. Lamentablemente, la suntuosa residencia del noble señor no ha sido localizada.
La bien proporcionada capilla está erigida en un pequeño montículo que, hoy en día, se asoma a la carretera que la une con las ruinas del ingenio. Está orientada en el eje oeste este, como prescribe la iglesia para la construcción de los edificios sagrados.
El interior de la capilla se divide espacialmente por medio de grandes pilastras que se proyectan al exterior de la misma en forma de contrafuertes, para soportar el empuje de la techumbre y de los muros. La techumbre está realizada en madera, compuesta por grandes secciones de vigas en sentido longitudinal y soportando, asimismo, las tablas que forman la cubierta, constituida por tejas de barro.
