Hacíamos mención el lunes de lo mucho que se está pareciendo el PLD de ahora al PRD de antes.
Solo citamos algunos aspectos de la “perredeización” del oficialismo.
La comparación vale, aunque algunos viejos dirigentes peledeístas la ven con desagrado porque en el fondo recuerdan que la fundación del PLD fue una negación a prácticas del viejo PRD.
Pero algunos que se gozaron el paralelismo, como si de alguna maldad se tratara, aportaban más elementos.
Recordaban, por ejemplo, el notable cambio de la situación económica de dirigentes de ambos partidos cuando pasaron de la oposición al gobierno.
También aportaban numerosos casos en que el viejo PRD quería convertir en problemas nacionales asuntos que eran de incumbencia interna.
Por ejemplo, cuando el viejo PRD perdió sus árbitros quisieron imponer un invento llamado “Ley de Lemas” para así poder llevar varios candidatos a un mismo proceso electoral y que todos los votos de ellos se le sumaran al que más sacara.
Se parece mucho, aunque con matices diferentes, a las discusiones de que si primarias abiertas o cerradas.
No extrañaría que en algún momento algún genio del oficialismo desempolve el bendito “dos más dos” para resolver las disputas internas.