Nosotros y el clima

Nosotros y el clima

Nosotros y el clima

A pesar de las a veces ásperas o violentas manifestaciones de los fenómenos climáticos, los dominicanos solemos comportarnos ante estos como el que remienda, es decir, con un parche para cubrir una avería.

Pero como fenómenos naturales, estos pueden llegar a tener un fuerte impacto en el ambiente, al punto de poner en riesgo la vida y los bienes de comunidades enteras.

Las variaciones climáticas tienen, y esto es bueno tenerlo presente, un carácter permanente. Siempre las ha habido y en nuestro tiempo han adquirido un carácter tan marcado que se ha llegado a acuñar el concepto “cambio climático” para referirse a condiciones extremas en ciertas manifestaciones de la naturaleza.

Una ola de calor extremo que se ha hecho presente desde mayo pasado tiende a agudizarse en estos días con la presencia en la atmósfera del polvo del Sahara y las formaciones anticiclónicas propios de la época del año.
Entre los efectos que pudieran tener la ola de calor y las partículas esparcidas en la atmósfera están la deshidratación, alergias y, entre otras, la muerte.

Cuando entre nosotros se conoce de las muertes, a veces contadas por cientos en Europa o en Estados Unidos de América como consecuencia de las altas temperaturas o sensación térmica muy elevada, se piensa que por acá no tienen lugar situaciones como estas.

Algunos médicos, sin embargo, han estado advirtiendo por medios diversos que es posible morir en República Dominicana por lo que denominan “golpe de calor”.
Y si lo dicen los facultativos, debemos poner la atención debida y no exponernos sin la necesidad.



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