Los partidos y nosotros

Los partidos y nosotros

Los partidos y nosotros

Los partidos políticos tienen, como el pulpo, una gran habilidad para hacer varias cosas a la vez. Si alguien pudo haber creído que dedicarían su atención exclusivamente a pelearse con la Policía por los bombazos del domingo o a defender, unos, y denostar, otros, las actuaciones del Ministerio Público, habrá podido notar que no es así.

Junto a estas demostraciones también avanzan en la organización y confección de sus padrones y en la definición de los procedimientos para la elección de candidaturas.

Con ese propósito, una parte de los esfuerzos están siendo orientados al ataque, otra a la defensa, y otra, importante por cierto, a poner a la Junta Central Electoral al corriente del cumplimiento de las actuaciones en los plazos.
La democracia representativa tiene en estas organizaciones y agrupaciones un fuerte puntal.

Cuidar de que mantengan la buena salud no es sólo tarea de los políticos profesionales.
En realidad, todos, comprometidos o no, con un credo o con una bandera, debemos estar muy atentos de aquello que afecta a los partidos, especialmente los muy grandes, en los que concurren toda clase de tendencias.

De alguna manera, cuando pierden el norte, también se perjudica el sistema representativo de la democracia, del que se benefician hasta sus detractores.



Noticias Relacionadas