Una de ellas se refiere a las prácticas realizadas por un sacerdote católico llamado Valentino, quien durante el imperio Romano realizaba ritos católicos cuando estaban terminantemente prohibidos.
Esto le costó su libertad, fue torturado y mientras estaba encarcelado estableció una gran amistad con la hija de uno de los carceleros, de la cual se enamoró.
Esta nació sin vista y Valentino logró el milagro de hacerla ver. Murió un 14 de febrero, y antes le escribió una carta en la cual le confesaba su amor. Se despidió como Tu Valentín.
Otra versión habla de que Valentino unía en matrimonio a jóvenes enamorados, y que esta actividad estaba prohibida por el emperador Claudio II, quién consideraba que los hombres solteros eran mejores soldados que los casados, pues el matrimonio le restaba valentía y coraje.
Esto le costó la muerte y lo consideraron el santo del amor. Otra leyenda cuenta que la iglesia Católica para erradicar una fiesta pagana que se celebraba el 15 de febrero y que estaba asociada con jóvenes, noviazgos y ritos de fertilidad, tomó la historia del mártir san Valentín para sustituirla.
Estas fiestas eran en honor a Juno, reina de los dioses romanos, de las mujeres y del matrimonio.
El día anterior, el 14, las mujeres escribían cartas de amor que se depositaban en una urna y cada hombre soltero sacaba una y durante el siguiente año perseguía a la mujer que la escribió.