Leonilo de Fernández

Leonilo de Fernández

Leonilo de Fernández

Conformada la opción oficialista, analicemos su carácter perverso:

Resulta que el candidato, como he explicado en columnas anteriores, lo es, gracias a la venia del esposo de su compañera de boleta, pues como todos sabemos, hasta el último momento el gobernante mantuvo en ascuas al candidato en el proceso interno del PLD y fue sólo hasta que el maestro, líder y guía perdonó a los dominicanos en el Palacio de los Deportes, que el candidato respiró, digo aspiró, formalmente.

Aún más incongruente es el caso de la bella flor, pues ésta “amagó” con formar una estructura que compitiera en el proceso interno morado y fue bloqueada y humillada por su actual compañero de boleta debidamente flanqueado por sus adláteres, ésos que ella describió como “pseudo generales de la política”. ¿Cómo puede ser una persona hábil para ocupar la vicepresidencia de la república, si antes fue descalificada para aspirar a una candidatura a lo interno de un partido? El siguiente fragmento de su sobreactuado discurso de “declinación” fue un verdadero augurio: “Los que activa o pasivamente han impedido que el pueblo hable y decida no podrán ser amados por él, no hay victoria sin libertad. Se equivocan los que creen que la unidad es más fuerte sin libertad y sin pluralidad. Ni el recelo ni el temor pueden ser garantías de futuro, tampoco la desconfianza”.  Lo que es el destino, increíblemente describe su inclusión en la mutual.

Al aspirante morado le impusieron el ejemplar de jardín, tal como antes lo había anunciado el “mecánico” designado, Félix Bautista, quien ahora queda redimido de un desmentido, a su vez, “desmentido” apenas días después ( ilustrativo episodio de todo este absurdo).

Estamos pues frente a una fórmula surgida de aberraciones. Aspirantes de cartón, de perfiles no forjados en el fragor de la búsqueda de votos y mucho menos liderazgos sometidos a la lucha y avatares de la política.

Toda una cadena de trapisondas que se inicia con Leonel Fernández y su egolatría: la entrega de un caramelo envenenado a su eterno preservativo al “permitirle” aspirar en las actuales circunstancias y luego acorralarlo para que éste “escoja” a su media naranja (la que había humillado en el proceso interno).

La oferta electoral morada está concebida sobre una plataforma de mentiras, traiciones, intrigas y desfachatez, precisamente de lo que la sociedad dominicana está asqueada.

Se trata de títeres que se rinden a los pies del titiritero prometiendo resaltar su obra de gobierno mientras el gobierno se obra en ellos.

Si existe alguna duda sobre el sin sentido sólo hay que abordar el tema del 4% para la educación y este trío. Así pues, el oriundo de San Juan de la Maguana se ha proclamado en favor del 4%; sin embargo, la esposa del Jefe del Estado, al abordar el tema, ha dejado mucho que desear condicionando el mismo y coincidiendo con su esposo, quien ordenó hace apenas días que se obviara el precitado reclamo al momento de ser conocido en el Congreso, lugar donde la hermana del candidato presidencial morado, Diputada Lucía Medina, cerró filas con la línea del Jefe de Estado y no con la de su propio hermano. Aquí sólo restaría decir ¿A quién le creo?

¿Cómo puede una nación entregar las riendas de su futuro a alguien que carece de liderazgo y carisma? ¿Cómo endosar nuestro destino a quien no puede comandar ni siquiera a los suyos? ¿Cómo permitir que nos gobierne quien desde ya es gobernado?

Lo que vimos no fue la presentación de la candidata vicepresidencial,  lo que vimos fue un acto para guardar las apariencias, en el cual se le informó a la sociedad, nada más y  nada menos que el día de los fieles difuntos, de un matrimonio que no se realizó por amor, sino todo lo contrario, a la fuerza.

El de Leonilo de Fernández.



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