Las lecciones del coronavirus

Las lecciones del coronavirus

Las lecciones del coronavirus

Altagracia Suriel

La pandemia del coronavirus ha evidenciado nuestro nivel de humanización, pero también retrata el miedo, la desinformación, la exclusión y la capacidad de dañar, no solo del virus sino del mismo ser humano, que presa del pánico, tiende a centrarse en su supervivencia como único fin.

A nivel político, el coronavirus nos demuestra que la verdad hay que aceptarla y enfrentarla, que es mejor prevenir que lamentar, que hay que proteger la economía, pero sobre todo a las personas.

El coronavirus también nos recuerda la fragilidad humana y que tenemos una responsabilidad colectiva e individual de cuidarnos y de cuidar.

1. Aceptar la verdad:
El problema del coronavirus se agudizó en China ante la incredulidad de que un nuevo virus se estaba expandiendo.

El médico Li Wenliang, que en diciembre alertó a sus colegas de la aparición de un virus similar al SARS, en vez de ser escuchado, fue investigado por la policía por “propagar rumores”.

2. Prevenir antes que lamentar:
Las medidas de contención del virus no se realizaron de forma oportuna. En algunos países caló el mantra de que solo se trataba de una gripe y se minimizó el problema, mientras los contagios superaban el 2.5%, cobrando vidas día tras día.

3. Proteger la vida y la salud:
La economía está al servicio del hombre como lo plantea la Doctrina Social de la Iglesia. Aunque se paralicen las economías del mundo, salvar la vida y proteger la salud de los seres humanos deber ser la prioridad.

Las economías pueden recuperarse, pero las vidas perdidas no.

4. La fragilidad y finitud humana:
El coronavirus nos enrostra en la cara nuestra fragilidad humana. Nos recuerda la única realidad inexorable: la muerte.

La impotencia ante una posible muerte genera dolor, miedo y hasta terror. Enfrentarnos con la muerte debe llevarnos a valorar lo que realmente importa: las relaciones, no las posesiones.

5. Somos responsables de cuidar y de cuidarnos:
La contención del coronavirus implica una responsabilidad colectiva e individual ineludible de cuidar y de cuidarnos. Cuidar significa aislarnos y tomar las medidas preventivas que detengan el contagio. Cuidarnos también implica no propagar noticias falsas o hacer manipulaciones políticas que contribuyan al pánico y generen desasosiego.



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