El béisbol es considerado como el deporte de la familia.
Históricamente ha sido una actividad a donde los padres asisten con sus niños en busca de sana recreación.
Sin embargo, en pro de mejorar la baja en la asistencia, hace unos cinco años Águilas y Licey contrataron bailarinas cuya presencia les dio excelentes resultados económicos, debido a que al poco tiempo los demás equipos, incluso algunos opuestos al principio a rajatabla, les siguieron los pasos.
Se decía que el experimento era moralmente pasable, pero de un tiempo a la fecha las actuaciones de esas bailarinas han desbordado los límites de la decencia con movimientos eróticos.
Y de esas demostraciones de cintura y golpes pélvicos no se escapa nadie, debido a que en las transmisiones por televisión parece que el principal objetivo del director de cámaras es enfocar las partes más íntimas de estas mujeres, muchas de ellas extranjeras.
Por esas transmisiones, ahora, esos golpes descomunales, penetran sin permiso a los hogares.
Es más, los propios peloteros muchas veces prestan más atención a las bailarinas que al propio desarrollo del partido.