Lamentable desprecio por la vida

La Oficina Nacional de Estadísticas ha contado en un lapso de cinco años 20 mil 760 muertes, entre accidentales y violentas, lo que implica un promedio anual de 4 mil 152 decesos, una cifra alarmante.
En enero pasado la prensa internacional atribuía a la violencia de 2024 causada por las bandas armadas en Haití la elevada cifra de 5 mil 600 muertes, posiblemente contadas con precariedad, con subregistros incluidos, pero de todos modos un número muy elevado hasta como referencia.
Puestos a ver, la diferencia no es grande con los arrojados por los cálculos de la ONE. Particularmente si rodeamos ambas estadísticas del contexto del que han sido sacadas.
Mientras las estimaciones de las agencias internacionales acerca de las muertes en Haití pueden ser explicadas por la violencia generalizada de las bandas armadas, así como la descomposición social y política que ha inutilizado la efectividad del Estado, entre nosotros el alto número aportado por la ONE tendría que ser atribuido al éxito personal y colectivo.
Ninguna de las más de 20 mil 700 muertes registradas de 2019 al 2023 puede ser atribuida a la política. Son el fruto de particulares formas de enfermedad mental, la violencia y los accidentes de tránsito.
Entre abogados suele hablarse de la vida como del principal bien jurídico protegido por las normas. Y por lo visto muchos dominicanos se han tomado este aserto con un alto sentido del compromiso, por lo menos en lo formal.
De lo contrario, el Código Penal no hubiera sido entrampado en las horcas caudinas de las causales del aborto para contenerlo por más de 20 años en las gavetas del Congreso Nacional, los escritorios de los tribunales y las conveniencias de la política partidista.
Ayer el presidente Luis Abinader informó que está avanzado el Pacto de Seguridad Vial, ¿será este útil, o suficiente, para llevar conciencia a la población dominicana sobre la importancia y el valor de la vida?
Etiquetas
Artículos Relacionados