La resistencia de Trucutú
Muchos que hoy son “tomadores de decisiones” crecieron en la época en que se publicaban las caricaturas de un hombre de las carvernas llamado “Trucutú”.
La era digital mandó a Trucutú a encerrarse en su cueva para no salir más, aunque a veces asome la cabeza.
La tecnología vino a facilitarlo todo, aunque en principio cause temor, no hay marcha atrás.
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Esto viene a cuento por los deseos de algunos de que se mantegan las manos como instrumentos para contar votos, aun sea elecciones de escrutinio complejo.
Si la comisión técnica de la Junta Central Electoral afirma que el 64 por ciento de los equipos para el escrutinio electrónico de las elecciones pasadas funcionaron adecuadamente, y que una parte de los que no funcionaron fue por falta de destreza del personal, vale preguntarse porqué pensar en abandonar esa tecnología en el futuro próximo.
Hay tiempo para entrenar al personal que estuvo mal capacitado y para que la empresa haga la sustitución de los equipos que fallaron (que en ningún caso se trató de alteración de resultados).
Las próximas son elecciones muy complejas, donde se hace indispensable el uso de la tecnología para ofrecer resultados en tiempo oportuno.
Se demostró que donde hubo conteo electrónico la información se procesó rápida y que la dilación, retrasos y errores son hijos del conteo manual.
Hay que recordar que los mismos que aún insisten en lo manual fueron los que también aborrecían los escáneres aquellos que luego fueron modelos para procesos electorales en otros países.
Trucutú ya no se ve ni en las caricaturas, cuidado con revivirlo para contar votos en elecciones preferenciales congresionales y preferenciales municipales.
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