María es una mujer en sus 40 años quien tiene a su cargo la responsabilidad de sus tres hijos adolescentes, y a su padre quien tiene algunas complicaciones serias de salud producto de la diabetes; ella también está en riesgo de desarrollar esa condición.

La diabetes está en su herencia familiar; a lo que se suma su edad y su estilo de vida sedentario y la sobrecarga emocional.

Cuando esta paciente llegó a mí, lidiaba cada día con un estrés crónico pues no sabía como balancear tantas responsabilidades y dedicar tiempo para su propio bienestar.

Al igual que otras personas que sienten estrés, ella andaba inquieta de un lado a otro sin lograr hacer mucho, olvidaba las cosas, sentía que trabajaba demasiado, frecuentemente posponía las cosas que tenía que hacer.

La lista seguía como en la mayoría de las personas que no logran manejar el estrés, ella también dormía muy poco, y en términos generales se sentía agotada y sobrecogida por las tantas responsabilidades que enfrentaba ella sola.
Había días en los que comía y bebía demasiado, en especial alimentos no saludables; cuando no estaba obligada a trabajar y todo parecía en calma en el hogar simplemente se quedaba en cama viendo televisión o videos en su celular.

Hace unos meses, su médico le habló de un escenario preocupante en cuanto a la diabetes; María sintió que se “helaba hasta los huesos”, pensó que no quería vivir como su padre o como su madre quien ya murió.

Desde hace unas cuantas semanas está aprendiendo y aplicando un nuevo estilo de vida del cual les contaré más en una próxima entrega. En estos días, ella está mejorando su energía vital y se siente con más esperanzas.