¿Cuál ha sido la lección que más les ha costado aprender, pero qué les ha traído beneficios una vez asumida? En mi caso, quedarme en silencio.

No todo necesita ser dicho.
Durante mucho tiempo era de las que siempre daba una opinión, encaraba una discusión, trataba de convencer y de hacer entender a los demás que lo que yo decía era lo correcto. La vida me enseñó que quedarme callada en determinadas ocasiones es un verdadero triunfo. Hoy lo sigo practicando.

Muchas veces creemos que lo que hacemos es lo adecuado, que tenemos que ser fieles a nosotros mismos y que son los demás los que están equivocados o tienen que adaptarse. Este concepto tan egocéntrico suele traernos más disgustos que otra cosa.

Si la vida les está trayendo una lección de manera recurrente, debe ser por algo, así que háganle caso y seguramente si son ustedes los que cambian saldrán ganando.

Son los aprendizajes que más nos cuestan, pero al final los más beneficiosos. Sólo párense a analizar qué actitud en su vida les suele traer más problemas que soluciones, piensen qué pasa cuando actúan de otra manera, si al final es mejor así, abran la puerta a cambiar, adaptarse, ceder, a ser capaces de admitir que no tienen la verdad absoluta.

Sé que es difícil porque una vocecita les dice que tienen que luchar hasta el final, pero seamos sinceros, ¿merece la pena? Creo que no.

Les aseguro que saber utilizar de manera inteligente esos silencios me traído muchas alegrías, aunque en el fondo esas ganas de opinar sigan dando la batalla. Es algo muy simple, pero si lo piensan bien estoy segura que van a encontrar esa lección que hace tiempo tienen que asumir y aún están en el proceso.
Háganlo y verán la diferencia.