La familia de ayer y de hoy, eros y la escuela

La familia de ayer y de hoy, eros y la escuela

La familia de ayer y de hoy, eros y la escuela

En la familia tradicional dominicana, una institución que por cierto parece estar en crisis, el período de la adolescencia era tratado con prejuicios sobre la alimentación —las frutas que podrían perjudicar y las horas apropiadas para comer las que estaban permitidas—, pero también con un especial cuidado de las potencias desencadenadas con esta edad, difíciles de manejar para el sujeto y para la familia.

Un adolescente es, en realidad, una persona muy joven que ha pasado a ser poco más que un niño, pero a quien no se le puede ver ni tratar como a un adulto, aunque en una parte de este complicado período pueda parecerlo. ¿Por qué? Porque esa persona es físicamente inmadura y carece de las herramientas mentales indispensables para tomar decisiones apropiadas, sobre asuntos que les conciernen y sobre otros que no.

La familia tradicional carecía de la capacidad para vérselas con el conjunto de los asuntos que más interés provocan en un adolescente: el erotismo, el sexo y la sexualidad. ¿Y la familia de hoy? ¿Tiene las herramientas para tratarlos?
En estos días circulan en redes sociales videos de sexo concreto de adolescentes en centros educativos y de inmediato se han producido cargas contra la escuela, de la que se dice que no forma como sería de esperar y que ahora, además, propicia la deformación de los jóvenes estudiantes con sexo prematuro.

Hace tanto tiempo que hemos delegado en la escuela la educación de nuestros hijos y no sabemos qué hacer cuando se presentan situaciones escandalosas, más propias para ser tratadas desde el punto de vista de la moral hogareña que desde las aulas.

Si adolescentes, hembras y varones, se atreven a involucrarse en prácticas eróticas en las horas de clases, grabar y circular videos de los hechos, de manera deportiva, la escuela no es más que una circunstancia.
La familia, tradicional o “moderna”, tiene que prevalecer como prevención; la escuela no es más que un lugar común lejos de casa.



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