Por: Abed-nego Paulino
¿Por qué como tanto en cuarentena?
Tras el confinamiento las personas suelen comer más de lo acostumbrado, provocando esto aumento de peso y enfermedades, ¿te has preguntado por qué nos da tanta hambre en la cuarentena?
Para el nutricionista y profesor de INTEC Jimmy Barranco, los alimentos además de tener una función nutritiva tienen una función emocional, ya que causan bienestar por la liberación de dopamina (estimulante nervioso que mejora el estado de ánimo).
Esa sensación de bienestar es provocada por “los tres placeres que matan», que son las grasas (sobre todo manteca, chicharrón o frituras), el azúcar (dulces, azúcares, bizcocho o golosinas) y la sal (papitas fritas, platanitos o carnes curadas).
De acuerdo al especialista, las personas suelen consumir más comidas en el confinamiento por la fácil accesibilidad que tienen de alimentos placenteros, tales como snacks, gaseosas, jugos y comidas rápidas; también por la ansiedad, el estrés y la incertidumbre generada por la pandemia; y debido a la ociosidad.
También, comemos más al estar en la casa, porque es posible que la esposa nos ofrezca meriendas o alimentos que no comemos regularmente por estar fuera del hogar ocupados en trabajo o estudio; otra razón, es que no comemos de manera consciente, porque a lo mejor la hora de hacerlo estamos viendo TV, en la computadora o en algún juego de mesa en familia.
“La alimentación debe ser un acto consciente, pues así controlamos la cantidad y la calidad de lo que comemos”, explica el especialista en nutrición.
De su lado, su homólogo Edwin G. Pérez, considera que una de las razones principales de aumentar el consumo de alimentos en el confinamiento es no tener claro en que empleamos nuestro tiempo.
“No tener horarios nos lleva a no organizarnos en cuanto a las actividades diarias que realizamos, entre ellas alimentarnos. Una acción efectiva en este sentido seria tener establecido los horarios de comida durante el día, de modo que podamos evitar cualquier alimento que no esté dentro del programa marcado”, explica Pérez.
El galeno, al igual que Jimmy Barranco, entiende que la ansiedad y el estrés son también otros de los factores que incitan a comer, puesto que al manejar situaciones de estrés o ansiedad se elevan los niveles de cortisol en la sangre provocando una disminución de las hormonas responsables de la saciedad (como la leptina), además de un aumento de las hormonas responsables de la sensación del hambre (como la grelina).
La comida, potente estimulador
“Esta cuarentena, producto de una pandemia que ha dado como saldo más de 169,000 muertes en todo el mundo, causa miedo, estrés, ansiedad, entre otras emociones negativas, y todo esto para manejarlo desde casa”, expresa Kelvin Arias, psicólogo clínico y profesor de la UNEV.
El catedrático señala que entre las pocas opciones que tienen las personas que están en aislamiento en el hogar está » la comida», que es un potente estimulador sináptico que libera los neurotransmisores del placer (dopaminas) que hacen que las personas se sientan bien. Está sensación de bienestar puede provocar que sin la persona proponérselo coma más de lo habitual para aliviar su estado emocional.
Los especialistas recomiendan a la población hacer actividades dentro de sus casas para ejercitar la mente y el cuerpo, tales como ejercicios físicos, leer y meditar.
¿Cómo evitamos comer en exceso?
CONTROLANDO EL ESTRÉS. Para ello, el nutricionista Jimmy Barranco da una serie de consejos:
Dormir bien (8h), ejercitarnos (subir y bajar escaleras, caminar…) 30 min (10-10-10 min) al día; tomar suficiente agua (1-1.5 litros al día. Puede saborizarse con zumo de frutas y sin azúcar); hacer ejercicios de relajación (así como yoga y meditación) y mantener la mente ocupada (leer, escribir, chatear con familiares y amigos). No pasar el día hablando del coronavirus y de las muertes…¡Desconectarse!
Además, el profesional recomienda cuidar que la alimentación sea saludable:
Cinco porciones diarias de frutas + verduras, comenzar comiendo las verduras (vegetales), pues así nos llenamos; comer granos integrales, porque las fibras nos provocan saciedad temprana, limitando lo que comemos; tomar un vaso de agua media hora antes de cada comida; y colocar los alimentos saludables (frutas y vegetales) a la altura de la vista en la nevera o despensa, en lugar de los jugos y golosinas;
Finalmente, se debe evitar ser un comedor «emocional», el cual se caracteriza porque: se pasa todo el día comiendo aunque no tenga hambre, come de forma repentina o automática; come cada 1-2h; nunca se llena y tiene preferencia por el consumo de ciertos alimentos (dulces, grasosos y salados)