La crisis nos desnuda

La crisis nos desnuda

La crisis nos desnuda

Los momentos de crisis suelen mostrarnos como realmente somos. La pandemia ha permitido, por ejemplo, comprobar la solidez de nuestras instituciones democráticas, pues las elecciones pautadas originalmente para mayo se debieron posponer para el 5 de julio y no se generaron mayores inconvenientes.

También ha quedado demostrado que tenemos una economía con una gran capacidad de resiliencia. Las remesas se han mantenido inyectando divisas a la economía, el turismo está listo para cuando esa actividad se reactive, el comercio se ha transformado y los negocios que por sus características han cerrado ya miran la posibilidad de reabrir.

Nuestras autoridades han mostrado ser diligentes en el abordaje de la crisis sanitaria, el sistema educativo se adecuó al confinamiento y así por el estilo podemos citar una larga lista.

Ahora toca mostrarnos como somos realmente de manera individual.
Se inició un plan de vacunación que requiere un orden y respetar las prioridades para inocular grupos poblacionales.

A los ciudadanos corresponde demostrar que realmente respetamos las reglas y que cada quien se vacunará cuando le toque a su grupo, que no se saltará la fila, que priorizará a los más vulnerables y que no habrá intento de lucro indebido aprovechando la pandemia.
Como es harto conocido, las crisis sacan lo mejor y lo peor de los individuos y de las sociedades.

En este momento, como nunca antes, tenemos una gran oportunidad de identificar defectos, ser autocríticos, y superarlos.



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